Subscribe:

29 de agosto de 2007

Estar Drogado

Cuando a una le dicen "fulanito anda drogado" de inmediato piensa que jaló como loco, se fumó un par de porros de los buenos, fue a una de esas fiestas en que venden pura agüita o, peor aún, acaba de meterse un líquido hirviente por las venas y tiene la casa llena de elásticos.
Pero existen otras muchas drogas. Está el cigarro, la cafeína, el alcohol y los medicamentos psicotrópicos de esos con estrellitas, entre muchos otros.

Hay quienes se embuchan los psicotrópicos como si fueran cri-cri y se los consiguen a como de lugar.

Habemos otros a quienes nos han recetado alguno de esos "remedios" antiangustia que las farmacias venden con celo.


Cada vez que me tomo una de esas que el médico me mandó per sécula, me drogo ¿o no? legalmente, médicamente autorizada pero me drogo igual. Y si se me ocurre no tomarlas, pues me viene un síndrome de abstinencia que mejor ni cuento, porque es para volverse loca.

Mi Droga legal, prescrita y comprada como Dios manda (casi) es el famoso Clonazepam, más conocido por las marcas más vendidas: Ravotril o Valpax, de 2 mg. Solo una al día. Nada más, nada menos. Sin embargo, a tanto llega mi adicción que antes podía soportar malamente una semana sin ella. Ahora no aguanto ni un solo día. Me bastan 12 horas desde que no lo tomé por la noche para ser un estropajo al día siguiente. Justamente, anoche me olvidé de tomarla por estar mandando escritos de plazos al mail de un tribunal y el maldito correo me rebotó para siempre.

A las 2 am me acosté, medio acongojada y furiosa con los de mantenimiento de sistemas del dichoso tribunal.

Por lo demás, nunca antes había presentado escritos de plazo. Siempre he presentado todo dentro de las 24 ó 48 hrs siguientes de notificada, precisamente para evitar complicaciones última hora, de ésas que la Ley de Murphy siempre me manda. Pero esta vez no tuve alternativa: el caso se me presentó durante la tarde y ese mismo día vencía el plazo ¿qué más podía hacer?


Pero volviendo a mi drogo punto: Hoy desperté con todos los síntomas de la abstinencia medicamentosa y me vi obligada a tragarme la pastillita, a menos que quisiera pasar un día entero presa de angustia sin control.

Ahora me siento como en el limbo, medio volada y floppy. Estos síntomas nunca los siento porque me los duermo pero como hoy tomé el medicamento por la mañana, me siento completa y satisfactoriamente drogada.

24 de agosto de 2007

King of the Hill



Siempre me sorprende ver cómo algunas personas se creen dueñas de la verdad absoluta. Tercas, incapaces de ver otros puntos de vista o ponerse en los zapatos de otros.
Ellos siempre tienen la razón, aunque no puedan distar más de la realidad.
En la vida diaria he conocido muchas personas así. Es más, hay quienes opinan que yo pertenezco a ese grupo, cuestión de la que discrepo, discrepo y discrepo.

El punto es que hay ciertas cosas que caracterizan a estas personas y ciertamente no tienen nada que ver con mi diario existir.
Tengo ejemplos muy cercanos, como el de un tío y él comparte con otros las siguientes características de los sabelotodo.
1.- Personas por sobre los 35 años (mi tío sobrepasa los ochenta)
2.- Emprendedores exitosos y tenaces
3.- Forrados en plata
4.- Rodeados de un permanente séquito de "admiradores del dinero ajeno"
5.- Están bastante seguros que la plata lo compra casi todo
6.- El séquito desaparece cuando están en problemas.
7.- No tienen pareja ni la tendrán
8.- Esperan "convertir" al resto según sus propias convicciones.
9.- Han llegado a creer que el mundo debe rendirse a sus piers porque saben cómo hacer plata
10.- Muy en el fondo, son personas tristes y solitarias.

El éxito económico es una cosa no menor pero no lo es todo en la vida. Los afanes economicistas y consumistas de la sociedad los tienen sumidos en la falsa creencia de medir todo con cuenta corriente en mano.

Yo podré ser porfiada como burro (que lo soy) pero al menos mis convicciones y trato para con los demás no tienen nada que ver con la mugrosa, cochina y necesaria plata.
He tenido tiempos gloriosos, desde chica porque tuve suerte y por mi cuenta desde los 20 hasta los 28, tiempo en que además de estudiar me dedicaba a ganar plata a través de inversiones (pucha que tenía buen ojo, hay que reconocer). Luego, altibajos permanentes.

Cuando veo a mi tío, se ve contento, comprando como loco, llevado por su chofer en su camioneta de 50 millones pero llega a su gran casa y solo lo rodean cosas caras, no personas y me entristece saber que no es una mala persona, muy por el contrario. Me da pena saber que morirá solo, probablemente lo encontrará alguien que trabaja para él.
Por ahora y mientras la salud lo acompañe (seguro que sí, es un roble), "su palabra es la ley", aunque no tenga trono ni reina.

23 de agosto de 2007

Érase una vez...

Una abogado con las patas y el buche. Mal ojo pa'los negocios (esto es un negocio pero me enteré tarde), clientes más raros que huevo con cejas y aspiraciones novelescas incumplidas.

Resulta que algún cliente por ahí quería salirse de una sociedad pero el GRAN PERO era que no todos los socios estaban de acuerdo, así es que no podía hacerse modificación de escritura, sino que un retiro.

Con la consabida ley de Murphy persiguiéndola incesante, vagó por cuanta notaría santiaguina decente encontró pero ninguna estaba dispuesta a hacer lo que ella necesitaba. Entrampada y sin salida, ya no sabía qué más hacer por este "cliente" quien le mandó un mail haciéndole "lero lero" para contarle que ahora todos los socios estaban de acuerdo pero la modificación la estaban haciendo con otro abogado.
Entonces, resulta que me mamé una semana de caminatas y ruegos inútiles y todo por las puras. Trabajo en balde, para variar.

Entretanto, me encuentro metida en el otrora bello mundo de industria textil. Ése que alguna vez exportó hasta a Inglaterra, ahora se sume en la bancarrota y el 80% del empresariado anda arrancando de la justicia o declarándose en quiebra. Lo peor de todo es ver cómo, por confiar tanto en profesionales ni tan profesionales, cada vez se van hundiendo más y más y si antes tenían demandas civiles y laborales, hoy están entrando de lleno al mundo del sistema penal, todo por los malos consejos.
Los casos llegan a dar pena. Uno de ellos tiene dos abogados que le dieron como gran consejo, vender bienes sujetos a medidas precautorias (prohibición de enajenar) y ahora se puede ver envuelto en tremendo lío. Es más, para que no hubiera lugar a dudas, el cliente llamó a unos de sus asesores jurídicos y me hizo escuchar la conversación. No puedo creer que exista gente tan poco ética. Es más, a sabiendas, le insistió en el "consejo" y ni por si acaso le dijo que se trataba de un ilícito con ribetes penales.

Por si fuera poco, es probable que me vaya de Santiago, tengo alteraciones del sueño y estoy escribiendo micro cuentos (además de ser dueña de casa)

Y pensar que tiendo a creer que mi vida es más fome que la de nadie...

16 de agosto de 2007

¿Lo cuento o no lo cuento?


Ya, si no sirvo para los secretos: Estoy contando Santiago en 100 palabras. Hace unos 30 minutos alguien me avisó del concurso de este año y ya escribí uno. Calculo que tendré demasiados para mandar y solo puedo enviar tres.

¿Ganar o perder? Francamente, ir a Beijing no me anima pero la plata sí. Así es que mejor sería que no ganara. Ya sé que le estoy sacando leche a una vaca que no tengo pero soñar no cuesta nada.

Debo andar por las ochenta palabras con este post ¿Ven cómo me estoy preparando? Lo que me deja crespa de desesperación es que nada de lo que escriba en este tiempo para el concurso puede ser publicado en ningún formato, así es que tendré que guardar cada cuento hasta que el concurso termine, por si ando inspirada y gano alguna cosilla.

Qué ganas más compulsivas de publicar el primer cuento ahora ya. Pero no puedo, no puedo.

Lo único que me deja un tantín más tranquila es saber que tendré harto material para publicar en el blog cuando este asunto del concurso acabe.

De todas formas, escribir historias tan cortas se me hace mezquino en el blog. Calculo que cada post que escribo debe tener al menos unas trescientas palabras (los cortos).

Ajjjjj, qué mal que me lo contaran tan tarde. Ahora me siento llena de adrenalina para escribir toda la noche pero no puedo porque si no mañana me andaré pisando las ojeras por el centro.

horrible, terrible, adorada obsesión por escribir.

13 de agosto de 2007

Deshojando margaritas


Hoy no estoy triste, ni feliz. Tampoco a la expectativa ¿aletargada tal vez? No, éso tampoco es verdad. Estoy filosofando, por decirlo de alguna forma genérica.

En este estado, todas las cosas me son ajenas y aprovecho, por lo tanto, de pensar un poco en mi y en mi entorno, con la mediana objetividad de la distancia.

Y veo cómo las cosas que suelen parecerme trascendentales tal vez no lo sean tanto.

Vi tele hasta el hartazgo. Partí con unas películas de amor tontorronas, como "Notting Hill". Hueca por excelencia pero por alguna razón suele entibiar el alma. Después "Million Dollar Baby" que, contrario a lo que me habían vaticinado, no encontré triste. Maravillosa película de la oruga vuelta mariposa y cumple así su destino autoimpuesto.

Me dejó pensando muchas cosas, sobre todo acerca del amor. No hay amor romántico dentro de la película y aún así la protagonista muere en la más completa calma y sensación de plenitud.

Al revés de la primera, en la que los caracteres principales dejan todo por amor. Claramente MDB me pareció mucho más honesta, más real.

Obvio, después de una gula fílmica no puedo dejar pasar el cliché de moda: el sentido de la vida.

Si es que Dios existe, entonces, debiera existir un sentido para todas las cosas (teniendo siempre en cuenta que el Creador ha de tener un propósito y ha de ser benevolente, como casi todas las religiones presuponen). Pero ¿y si no existe? Entonces, creo yo, habría dos caminos posibles: autodeterminarse de la manera más satisfactoria para cada cual o el caos completo de saber que germinamos, crecemos y comenzamos la descompocisión orgánica como a los 25 años hasta el momento de la muerte, sin propósito alguno y sin norte salvo servir de materia orgánica para la vida que vendrá, por propia disposición de la naturaleza.

Pero aún en la determinación podría existir el caos, a menos que nos ordenemos de tal forma que nuestra vida no sea estorbo ni amenaza para los demás seres vivientes.

Y vuelvo al tema del amor: Si hay un Dios, es presumible que él nos haya insuflado tal capacidad. Si, por el contrario, no existe Dios y somos nada más que una combinación molecular energética, dispuesta de tal extraña manera que se generó la vida, entonces el amor tiene otras explicaciones. Puede ser el apego a la propia supervivencia, puede deberse a un explosión química a nivel cerebral (que sí lo es) o un capricho más de la existencia.

Como sea, el amor parece ser el motor de la vida humana, puesto que "hacer el amor" puede tener como consecuencia engrendrar hijos. El amor lleva a que las personas cercanas entre sí tiendan a protegerse y a velar unos por otros. El apego carnal/romántico por otro, toma - en este orden de ideas- un cariz inapreciable y promueve la vida humana como un bien preciado por sobre todas las cosas.

Majaderamente ¿qué es el amor? ¿sirve el amor? Ese amor completo, desinteresado, apasionado y duradero no lo he encontrado nunca: Siempre falla al menos una variable, lo que me lleva a darme de cabezazos una y otra vez frente a tales viscisitudes. El amor falente, en cambio, es bastante más probable y es el que experimentamos a diario, cuando caemos presa de la química cerebral que nos hace rendirnos ante los brazos de otro, nos hace felices y nos hace sufrir, nos hace volar y nos obliga a caer.

Siempre repito esta frase: "Cuando de amor se trata, lo quiero todo, todo, todo." Sin embargo, nadie da todo. Ni yo ni nadie (nadie que conozca o del (la) que haya oído, al menos)

Entonces ¿De qué diablos estoy hablando? Mi cama me está llamando...

6 de agosto de 2007

La fotografía, los cumpleaños, la familia y yo

Muy a pesar del título, no publicaré ninguna foto, porque no viene al caso.
Lo que importa (o ME importa, más bien) es mi inconsecuencia y cómo las cosas más insípidas de la vida pueden amargarme la tarde simplemente porque me siento pasada a llevar u ofendida.
El caso es que el viernes 27 de Julio mi sobrinito estuvo de cumpleaños y lo celebramos en mi casa. Solo estábamos unos pocos familiares (los más cercanos) porque a sus papis se les ocurrió que el cumpleaños debía ser un magno asado a la hora de almuerzo. Esto no deja de ser extraño para mí, en dos sentidos diferentes: Primero, porque los cumpleaños, sobre todo los infantiles, se celebran a media tarde, entre torta, panecillos, chocolate y bebidas y no mandándose una comilona de antología frente al cumpleañero que solo come papilla y harto aburrido debe estar con los sabores de siempre. Segundo, porque todos mis cumpleaños adolescentes, TODOS, fueron en la playa, hartándose todos de carne a la hora de almuerzo y con una torta que compraba una tía especialmente para SU hija y que hasta el día de hoy odio (la torta, a ellos no -aunque tampoco los amo, vamos, que no son mi estilo de gente para compartir, ni yo de ellos).
Esos pseudo cumpleaños nunca me han gustado porque no están pensados para celebrar a nadie sino que se convierten en la excusa para reuniones familiares en donde el celebrado apenas si es recordado a la hora de apagar las velitas de una torta que ni siquiera probará.

Conociendo ambas familias, decidí que Joaquín debía recibir de mi parte JUGUETES, porque de seguro el resto sería pura ropa. No me equivoqué.
Finalmente, el cumpleaños terminó bastante tarde y con el pobre Juaco afiebrado.

Después de manso preámbulo, a la papa. Ayer llegó mi hermano y mi cuñada y me llamaron para ver las fotos del cumpleaños. Del video nunca supe...parece que es Top Secret.
El punto es que empiezo a ver las fotos (que eran muchas) y mi chiquitito saldría como en cuatro o cinco y yo ¿yo?...las fotografías pasaban y pasaban y yo no estaba en ninguna de ellas. No me ha mordido ningún vampiro (al menos hasta donde sé) así es que debía aparecer pero no, no, no...¡Un momento! Por ahí, perdida en la foto que pasó más rápido que ninguna, se alcanzaba a ver la figura de una mina que se parecía a mi ¿sería yo? Parece que sí, yo llevaba esa ropa puesta aquel día, pero como la yegua de la foto estaba de espaldas, no pongo las manos al fuego.

Ya, ya, no me gustan las fotos pero ¿cómo se va a enterar mi sobrino que yo estuve ahí?
Terminará siendo la leyenda familiar "Dicen que la tía Wilma estaba en mi primer cumpleaños pero como yo era muy chico, pues no me acuerdo. Por lo demás, si me regaló algo, lo debo haber destrozado hace años. Oye, papá, si mi primer cumpleaños se celebró en la casa de tu hermana cómo es que ella no aparece por ninguna parte...¿la habrán vampirizado?