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31 de marzo de 2008

un mini break

Qué deporte más entretenido es el tennis!
Las ganas de ver un partido talentoso me las he tenido que tragar por casi una década.
Sin duda Federer, desde un punto de vista estadístico, es el más grande de la historia...pero es de una fomedad soporífera. Es como el prototipo mejorado de Sampras: regularidad extrema, golpes certeros y mentalidad infranqueable. En suma, fome, aburrido.
Últimamente yo, que soy una fanática de este deporte, echo de menos al Chino Ríos, un jugador genial, desbordante de talento e inteligencia para el juego. A mi juicio, en titantos años de espectadora, no he visto ni creo que vuelva a ver algo tan supremo como su tenis. Un jugador rápido, con una ubicación espacial en cancha que nadie tiene, con golpes perfectos, imposibles, bellos, partido tras partido y con todas las ventajas que un zurdo tiene pero que nadie ha aprovechado mejor.
Pero no era un Dios del tenis, solo su mejor representante.
Tuvo mini breaks a favor y en contra, así como tengo yo hoy, que cuando parece que repunto, aparezco más derrotada y, cuando estoy haciendo agua, resucito.
Y el mini break también es un descanso, un salirse de la rutina y abandonar de vez en cuando eso que es parte de ti y que habitualmente disfrutas, porque cuando se vuelve una carga, pues se pierde el chiste.

12 de marzo de 2008

La gran falla

al parecer, las placas tectónicas que me circundan se están moviendo más de la cuenta.
No las he sentido terremotear (espero no sentirlas) pero me están provocando una magnífica falla que se acerca a pasos agigantados a los pies de San Andrés.
Me falla la mollera cuando trato de ser coherente, fallo en ganas de hacer algo, sumida en un profundo aburrimiento.
Me fallaron las vacaciones de arena, playa y sol. Me fallaron unas pegas rebuenas que tenía en carpeta y las malas están tambaleándose. Me falla el bichito de la sociabilización y lo más lejos que llego es al super o la casa de un potencial cliente.
Me falló de pronto mi fiel colchón y ahora me tiene curcuncha y con varias vértebras clamando quiropraxis.
Me falló hoy la compra de un nuevo soporte de descanso nocturno y con suerte mañana la tortícolis será acarreada con dignidad, así como los dolores lumbares (aunque ahí se me olvida la dignidad, al punto de volverme verborreica con mis clientes (a quién podrá importarle que su leguleyo ante casi en cuatro patas porque la columna lumbar se la come viva?).
Me falló la ida al Zoo (sip, me gusta, aunque no las jaulas de 2x2 en que están metidos todos los pobres. Me gusta verlos e imaginarlos teniendo la vida que se merecen, en vez de estar cumpliendo cadena perpetua solo porque son lindos (y si son ricos, pues los comemos ¡Qué tremenda mierda!
Me está fallando ir a la exposición Bodies porque la encuentran muy macabra...qué tanto, igual puedo ir sola.
Me están fallando heavy las ganas de seguir escribiendo y diseminando boludeces como periodista de farándula.
Me está fallando mi padre, quien debía biopsiarse y la cuestión...falló! así que en otra oportunidad deberá ir a mostrarle el que te jedi al urólogo.
Me fallan las madrugadas, con ojos bien abiertos que después no puedo volver a abrir hasta la hora post almuerzo (a excepción de hoy)

La plantilla de este blog vive su propio mundo y no está ni ahí con funcionar y yo ya no estoy ni ahí conque funcione tampoco. Total, las ganas de escibir también me fallan.

Odio que las cosas fallen. Pero normalmente me siento compelida a solucionar el problema y ya luego arreglo todo y las cosas vuelven a funcionar como quiero.
Ahora estoy más cansada o más floja que de costumbre, así es que estoy esperando el día en que pueda torcer la nariz a mi antojo y tenga ganas de hacerlo, a ver si todo deja de descomponerse de esta forma desatada.
Mientras tanto, algo tendré que hacer para entretenerme y producir.
Tal vez mañana...

3 de marzo de 2008

La brigada del chanta-crimen o de cómo analizar el crimen "ferpecto"

¿Cómo es que un exitoso empresario, rector de universidad, respetado y conocedor del mundo (más allá del hecho de haber pasado por 5 carreras diferentes y no terminar ninguna) puede discursear frente a cientos o incluso miles (cuando las cámaras lo cubren) con tanta sapiencia y disposición Zen, cuando en realidad esconde una personalidad anómala, megalómana, obsesiva, compulsiva, esquizoide.
Este hombre de quien no conoceremos jamás las motivaciones, aunque ya no tenga riesgo de perecer. Y digo que jamás sabremos, por los defensores que han tomado su caso. No me cabe duda alguna que de ahora en más, sus abogados se encargarán de hacer filtrar todo tipo de detalles acerca de la vida de este hombre para poder apelar a lo único viable de momento: locura temporal o hasta locura pura y simple. Lo importante es evitarle el juicio, porque si se declara que es imputable, lo esperan 40 años a la sombra.
Y no va a ser tarea fácil. Se trata de un personaje que ha hecho fama y fortuna en el mundo del conocimiento y es un empresario extermadamente hábil. Una vez que vuelva a estar plenamente conciente, vendrán Hermosilla y Quintanilla...perdón, Hermosilla y Soto y le explicarán su estrategia de defensa. Este hombre deseará haberse quemado vivo y hasta la muerte antes que declararse loco. Pero HyS lo convencencán, con hablar pausado pero definitivo.
Hasta veo un posible escenario de juicio civil de interdicción previo, todo para que sea la familia quien acepte las proposiciones de ambos abogados.
Él, quien se considera un genio incomprendido, un sabio y un maestro, lleva por dentro de su piel de cordero esa fiera indomable del control, de la ira desatada. Seguramente podrá recitar pasajes completos de "El príncipe".
Es fácil comprender qué llevó al crimen perfecto directo al "ferpecto crimen": La galopante megalomanía de su hechor. Pudo hacer las cosas infinitamente más simples pero se engolosinó en cada detalle.
Al menos, en las primeras intervenciones, el fiscal señaló que sería formalizado por incendio con resultado de muerte. Supongo que ahora que se sabe que el martillero murió producto de las descargas eléctricas previas a encender el cerillo, la debilísima teoría del caso deberá cambiar.
Analizando la teoría de la fiscalía, no alcanzo a comprender muy bien por qué no se tiran derechamente por homicidio calificado e incendio.
El incendio es una figura que supone una pena bastante alta y no requiere siquiera que hayan grandes destrozos materiales. Un resultado de muerte resulta ser nada más una agravante del incendio. Es decir, el objetivo del hechor era quemar algo pero ocurrió un resultado no previsto: destrozos, lesiones, muerte.
El incendio es una figura de "peligro" lo que significa que no requiere ninguna consecuencia gravosa para su consumación. El resultado de muerte, sería, entonces, algo así como lo que previó o pudo prever el incendiario pero no quiso ese resultado. El fin es el incendio. Consumado éste, se agota el delito.
Pero no es ésa la hipótesis más fiable en este caso.
Por toda la premeditación, detalles, viajes y los pormenores que conocemos todos acerca de la investigación, el hechor pretendía una gran venganza sobre el martillero. Una venganza que supuso seguimientos previos, conocimientos acerca de costumbres y estilo de vida de víctima.
Se trataba de inflingir sobre la víctima un dolor y un sufrimiento tales que, con ello, no solo "pagaba" por su presunto pecado, sino que además satisfacía todo el psicopático impulso del Rector.
Entonces, fue eso lo que, exactamente, ocurrió: El hechor acechó a su presa, la contactó y la engañó, dejándolo en la más completa indefensión y sin sospechar siquiera las motivaciones de su supuesto arrendatario (discusión aparte para el martillero, miren que eso de arrendar piezas de su propia casa y funcionar como pensión...no se va con un reputado y anciano señor).
Aparentemente, fue torturado largamente por el Sr. R, quien finalmente, le asestó un prolongado golpe de electricidad, que le habría causado la muerte.
Tenemos entonces, un occiso antes del incendio y, como los incendios no suelen retrotraerse en el tiempo, la causa de muerte no han sido las llamas ni el humo.
El Sr. R, luego de toda la violencia ejercida sobre el martillero, solo pudo pensar dos cosas: terminar su acción con un broche de oro en cuanto a dolor físico: el agonizante ahora sería consumido por el fuego. Lo otro, era percatarse del paso al más allá de su víctima e iniciar el fuego para esconder su delito.
Como verán, solo pudo ser lo primero. Esto es así, porque no se baña al martillero en un acelerador del fuego (el combustible) para esconder un crimen. Se lo baña para que sea él quien se queme. Solo su cuerpo, o lo demás por añadidura.
R. será malo, megalómano, esquizoide y muchas cosas más pero no es estúpido (aunque tampoco es todo lo inteligente que él suponía). Si hubiera querido esconder el crimen, habría incendiado la casa completa, desde fuera, dominando la situación.
En cambio, su desviado interés en el sufrimiento de su víctima lo llevó a quemar directamente el cuerpo, a encender el fuego él mismo, para poder presenciar la macabra escena.
Ese inagotable sadismo lo tiene con el 40% de su propio cuerpo quemado, al descubierto y próximo a ser formalizado por -espero- homicidio calificado con incendio y no por incendio con resultado de muerte, porque esto no es un incendio: es un homicidio.
El crimen perfecto ha mutado al "crimen ferpecto"
Espero que las torturas, el homicidio calificado y el incendio se mantengan como figuras concomitantes y no se subsuman. De ocurrir esta desgracia desde el punto de vista jurídico penal, tendremos además, la formalización ferpecta.