Revisando el blog y mi blogroll, recuerdo los años dorados del blogueo, con tantos amigos blogguers, con quienes conversaba a diario y los leía con fervor, porque -y a pesar de ser todos diferentes- teníamos un cierto hilo conductor que nos unía, hasta que sin ponernos de acuerdo ni nada, desaparecimos todos del mapa. Nunca más actualizamos, nunca más fuimos a las páginas de nuestros cibernautas amigos para leer alguna de las ingeniosidades que se les había ocurrido, nunca más nada, ahora todo es como un árido desierto. No, en realidad es todo como un pueblo fantasma, de ésos en donde alguna vez se desarrolló una bollante ciudad pero hoy ni las ánimas penan.
Recuerdo tantas cosas, como cuando conté que casi me herví en salmuera dentro de mi bañera aplacando mis eternos dolores de espalda y cuello o cuando hablaba del "Bulto" (mi pareja de la época) hasta que llegó un macabro personaje a ensuciarme el blog del tal manera que borré al famoso "Bulto" de todas mis entradas posteriores y logré deshacerme del estúpido gnomo sin vida que se aparecía a puro mosquearme (y de paso les tiraba mierda a los que comentaban en mi blog (que no eran pocos, como hoy).
Me acuerdo cómo entraba con energía, onda "aquí te las traigo Peter" al blog de Roberto (ATTS) a dar mi siempre instruida opinión (porque si no dominaba bien el tema de su post, primero estudiaba un resto y después entraba a pelear con todos los ignorantes que entraban allí, jurando que demostraban algo...era muy, muy entretenido ver las roscas que se armaban: Nada más atrayente que una discusión de ideas. O el entrañable blog de la Sole, que extraño mucho no poder leer. Lo que hay ahí ahora dista mucho de lo que yo conocí.
Este propio blog desapareció por un tiempo y hoy tampoco es ni la sombra de lo que un día fue.
Es la nostalgia, como dice por ahí una canción perdida en el tiempo.
Es una gran pena.
A ver si un día -ojalá más temprano que tarde, les entra las nostalgia a todos y volvemos a ser el "anillo de blogs" que un día fuimos. Y de no ser así, creo que seguiré escribiendo de cuando en vez, porque siempre hay cosas que contar, ideas que una quisiera compartir o sentimientos que develar. Escribir es tan vasto como vivir y me viene del alma como ninguna otra cosa. Capaz que les haga caso a unos señores españoles que un día escribieron a mi correo y me ofrecieron una excelente oferta que no acepté por ser simplemente cobarde ¿Qué tal si no me iba como ellos esperaban?
Pero bueno, el tema era otro y, como de costumbre me desvié.
El punto es que quiero a mis amigos blogguers de vuelta, tanto en sus páginas como acá, perderlos es una gran pena.
Y aunque todo en la vida cambie, siempre habrá cosas con las que no me corfomaré, aunque guarde en mi corazón un trocito de ellas (o tal vez por lo mismo).
Don Heraldo y las caricaturas
Hace 6 años.