Subscribe:

26 de abril de 2008

Hay que decirlo

Porque me importa.

El solo hecho de amanecer (o atardecer, da lo mismo) hoy con un ánimo diferente, con ganas de hacer cosas y sin ese peso tremendo sobre mi espalda es extraño pero rico, demasiado. Supongo que es así como se sienten todos aquellos que no sufren esta lacra espantosa.

Es raro, porque justo estaba pensando ¿cómo se sentirán los que no sufren depresión? y me lamentaba por ser incapaz de experimentar eso.

Ya me estaba poniendo de pie y de frente a mi personal muro de lamentos, cuando me percato que no me siento "viva" de la forma en que suelo estarlo.

Hoy de verdad estoy viva. Siento un cierto frío que hasta me resulta agradable.

Tengo ganas de hacer cosas pero cosas concretas, no es esa continua desazón del perpetuo aburrimiento.

No. Hoy tengo ganas de ordenar mi dormitorio y hacerle una limpieza profunda porque está convertido en chiquero.

Puede que esta sensación dure solo una tarde pero podría durar más. Sería como un sueño.

Qué agradable!!! qué agradable...

gatitas al mes

22 de abril de 2008

Quiero

Quiero una template negra, con algunos rojos destellantes. Ya vi una pero aún no me decido.

Quiero rojo porque me acabo de dar cuenta que me está gustando el color más que para ponérmelo encima y salir a la calle. Me está apeteciendo un rojo furioso que desate toda esta ira contenida y que de tanto tragármela me ha ido pasmando.

No es casualidad que ya no tenga ideas, que la inteligencia se me esfume, que no sociabilice con nadie. Porque si en el post pasado dije que todo me aburría no ha sido destino ni desidia. Me consumo por dentro, llena de una frustración tan grande que ya todo me da igual.

¿comer o no comer? Vamos por lo fácil, que no estoy para voluntariosos esfuerzos.

¿Salir o quedarme en casa? Ya no veo entretención en salir, así es que me quedo acá, con un ánimo pútrido y me lo banco sola.

¿Escribir o quedarme piola? Ya he estado bastante callada, precisamente porque no hay nada lindo ni simpático en esta vida de zombie que estoy llevando. Aún así, estoy frente al monitor, a ver si me sirve como una vez , hace años, para devolverme el alma al cuerpo.

Fumo, porque es casi mi única señal de vida. no me entretiene ni distiende. apenas me ayuda a pasar el rato.

Quise tantas cosas y esperé tanto. Probablemente no sean más que añejas palabras de la -antaño- niña mimada a quien nada le faltaba, a quien todo le resultaba tan fácil.

Pero después de una década de altas (altísimas, debo reconocer) expectativas, de pésimas decisiones y nula suerte, me encuentro boqueando como un pez que fija pupilas por última vez para ver cómo se acerca un enorme cuchillo para desprenderme de mi cuerpo.

Niña malcriada que se transforma en adolescente todopoderosa y cae al abismo que separa su ego del piso, justo después de haber perdido la juventud. Pero no es algo que me haya ocurrido una sola vez. Cierto es que después del porrazo algo se aprende pero irse al suelo tan seguido tiene sus bemoles: los golpes ya no duelen tanto (la parte linda de andar a tropezones) y el entumecimiento se va agrandado, hasta abarcarme toda, hasta el agotamiento, hasta que ya da igual si me levanto o me quedo sentada sobre mi poto (que bien podría ser mi cabeza).

Hasta que vivir estrujando el pasado sea lo único a que puedo echar mano para estar segura de ser, de estar.

 

No, a decir verdad, no quiero nada. Quise. Quise muchas cosas y personas, tuve sueños y futuros. Hasta tuve gloriosos momentos de alcanzar por segundos mis metas. (tampoco soy tan, pero tan looser)

Desde el limbo escribo, intentado escapar de mi no-vida de abulia desbordante.

¿Puede acaso desbordar la abulia? Si de algo podría yo ser ejemplo...entonces, claro, es cosa de venir a ver mi show, porque acá no es necesario hurgar ni ser puntillosos: hay abulia para todo y en todo.

Quiero encauzarla y lo único a mi alcance es desagrado y rabia.

Quiero una plantilla negra como la noche, con rojos centellantes.

21 de abril de 2008

Puchas!!!





Puchas que estoy lateada. Aburridísima hasta decir basta.

Es que realmente no tengo nada qué hacer. Lo que es NADA. Con suerte el almuerzo, que ni me como porque tampoco tengo ganas de comer.

Acabo de preparar un pollo al cognac para mañana, de puro aburrida que estaba.

La tele no me entretetiene, ni leer, ni pasear. No me apetece hacer ninguna cosa. El problema es que estar de vaga es estresante.

Antes resultaba entretenido escribir. Ahora ni eso: me da pereza pasear por internet, salvo para leer una que otra noticia. Miro el blog y verdaderamente me llego a descontrolar (silenciosamente, claro está) pensando y repensando pero no se me ocurre nada.

Es cosa de ver la plantilla que acabo de instalar para darse cuenta que mi ánimo no está mal. Sencillamente no está...y punto.

Capaz que escribiendo me espabile un resto, porque así como ando por estos días, francamente es bochornoso.

Mmm...

Lo único que he hecho en este tiempo ha sido agrandar mi familia con un minúsculo rucio maullón pero mucho no me ha pescado, porque encontró en mis gatitas, madres más comprensivas y más felinas que yo, que lo lengüetean y acicalan, lo abrazan, lo persiguen y lo vigilan. Poco le importa que quien le cambia el baño y le compra su comida de gato guagua sea yo...

En fin, siete gatitos suena bien...al menos a mi me suena bien.

4 de abril de 2008

Y si no???


Si no hubiera estudiado derecho, probablemente habría ido por psicología, periodismo o incluso medicina. Es más, aún no descarto las dos primeras...ya se verá más adelante. Me detiene ser la "novatosauria". No es ningún chiste ser compañera de personas a quienes casi doblo en edad.

De ser así, entraría a más post grados (que ya he pasado por varios), probablemente un master, si logro cortarme estas orejas y cola de ratón alguna vez en mi vida.

Si no fuera ya vieja, carretearía desenfrenadamente y si volviera a mis mejores años, cortaría definitivamente el cordón umbilical que me une a mi familia. Si volviera a los 17, sería más sociable, me inscribiría en muchos talleres y me pegaba como lapa a alguna terapia psicológica, hasta madurar en serio.

Si aún estuviera en la universidad, le pondría más empeño a los estudios, porque las notas me persiguen hasta el día de hoy.

Hay parejas que nunca, nunca, nunca habrían sido y otras a quienes no sé por qué cresta desprecié.

Si no fuera compradora compulsiva, me habría librado de millonarias deudas.

En fin, para todo hay al menos dos caminos y si bien no me arrepiento del mío (salvo de las excesivas compras inútiles), de vez en cuando me da por hacer ficción histórica e imaginar las infinitas posibilidades a las que dí con la puerta en las narices.

Siguen existiendo infinitas posibilidades, al menos como meras expectativas, siempre y cuando, mañana, al salir de casa, no me aplaste un camión o se desate un aneurisma cerebral...