Subscribe:

5 de marzo de 2011

Cuando las cosas se reiteran...

...la vida ya no es igual.
Ahora ya no solo no tengo madre, tampoco tengo padre.
Cuando perdí a mi madre sentí que mi vida ya no tenía sentido, sentí un dolor enorme y desconocido hasta entonces. La depresión me abrazó, me acunó, me penetró y se hizo mía para siempre. Pero logré mantener la cordura, las cosas bajo control....al menos hasta cierto punto.
Me reinventé por ellas y después de ellas.
Y ahora, mi papá también se ha ido...para siempre y aunque era terrible vivir con él, también era bello y gratificante. Y nos acompañábamos los dos. Aunque no lo pareciera, aunque ambos nos sintiéramos más bien solos.
Hoy sí conozco lo que es la soledad y el desamparo. Eso de levantarse a las cuatro de la mañana y ducharse, porque ya no hay más que dormir ni que soñar.
Eso de hacer lo que se me antoje sin que nadie se meta y sin reproches: Quiero un reproche...o más bien me hace falta. Necesito que alguien me diga "Si, no, ¡hasta cuándo!, no me gusta, etc".
Quisiera que alguien se alegrara con mis alegrías y se entristeciera con mis penas, de esa forma extraña que tenía él de demostrar sus sentimientos. Pero voy a su dormitorio y solo hay muebles, cama clínica, implementos para enfermo... y su impalpable omnipresencia.
Ya no hay nadie en el living viendo tele y haciendo zapping sin parar. Ya no hay nadie a quien esperar para prerapar el almuerzo ni noches presurosas cocinando para el día siguiente.
Ya no está la enfermera cuando llego para darme un reporte del día ni ese caballero que no sabía quién era yo y hasta me agarraba a a cachuchazos cuando me acercaba a su cama...la enfermera, entrañable señora Gloria que me avisaba que tenía que comprar mil y un implementos, comidas especiales y medicamentos para ese viejito que solía ser mi padre.
Ya nada es igual, otra vez.