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3 de septiembre de 2006

Un día como hoy

Hace 4 años atrás, el 3 de Septiembre fue Martes. Fue un día muy parecido al de hoy: soleado, templado; muy tranquilo en apariencia.
Para nuestra familia ese martes fue precedido de un espléndido día lunes, un día muy especial, porque mi madre, dentro de su gravedad estuvo muy animosa. Tanto, que hasta salimos las dos a hacer compras por la tarde y se encargó de llevar regalos para todos. Vio muebles que le interesaba cambiar y me prometió que de ahí en adelante, dejaría de estar todo el día en cama, pues quería retomar su vida y sentía en ese momento todas las ganas y la energía de replantear su existencia.
Fue, como digo, un día feliz, pleno, amable.
El martes partió temprano. Mi madre debía hacerse diversas pruebas por la mañana y luego partir a quimioterapia.
Una vez que todos los exámenes de rigor concluyeron, nos dirigimos al quinto piso. Saludamos a todo el mundo y se sentó en su berger favorito para ser conectada a los líquidos que, supuestamente, estaban destinados a disminuir el tumor y, con suerte, acabar con las metástasis diseminadas por su frágil organismo.
Como desde siempre fue golosa, mientras la preparaban para su sesión de quimio, salí y atravesé la calle hasta llegar a una pastelería francesa (que ya no está en ese lugar). Compré croissants rellenas de crema pastelera y otras con manjar casero: Ella adoraba las cosas dulces. También un jugo y una bebida.
Atravesé con una tremenda bolsa de delicatessen, para que se entretuviera comiendo cosas ricas, sin tener que pensar en nada más que los pasteles que se disponía a paladear.
Cuando llegué, ya estaba enchufada. Un tiempo atrás le habían practicado una cirugía menor en el pecho, a objeto de introducirle una especie de receptáculo, en el cual se insertaban las pequeñas mangueras que habían de cruzar por todo su cuerpo.
No se veía muy feliz. Estaba demacrada y cansada por el ajetreo de la mañana.
Sin embargo, cuando abrió el paquetito que le traía sus ojos se iluminaron y la alegría invadió por completo su rostro. Y yo fui feliz con y por ella.
Nos quedamos -mi hermano y yo- hasta pasado el mediodía. Después tuvimos que volver a la casa porque ambos teníamos cosas que hacer: Yo tenía que ocuparme de dejar su cama hecha, hacer el almuerzo, etc.
A las tres y media me entró la desesperación por volver a buscarla. Mi hermano insistía en que no había tanto apuro porque la sesión recién terminaba a las cuatro treinta.
Prácticamente tuve que arrastrarlo hasta el auto y partimos. Llegamos allá a las cuatro en punto.
Mi mamá se veía contenta y nos contaba lo ricos que estaban sus pasteles. La enfermera copuchaba con nosotros y comentaba acerca de lo bella y escultural que era mi madre y lo joven que se veía. Como la coquetería era algo innato en ella, no podía dejar de sonreír ante tales palabras.
Luego bromeamos acerca de ser parientes de Dorian Grey, porque la enfermera no creyó la edad de ninguno de nosotros.
Entonces comenzamos a reír y mi madre pareció atorarse. Al principio nadie se asustó porque su franca risa habitualmente le traía como consecuencia el ahogo, producto inevitable de su enfermedad.
A los cinco segundos, sin embargo, pude percatarme que no estaba atragantada (como yo, el viernes) era algo mucho peor. Supe en ese preciso instante que era mi último minuto con ella.
Puse en alerta a toda la sección de quimioterapia. Nadie, sin embargo, sabía resucitación.
La lengua de mi madre se contrajo, mientras un grito desgarrador salió de su boca pero venía directamente de su alma.
No existía en todo el quinto piso un equipo de asistencia ante este tipo de emergencias. Entonces bajé corriendo los cinco pisos y me dirigí a emergencias. En el camino me encontré con el director del Hospital Militar y lo increpé duramente por la evidente negligencia de no contar con las herramientas necesarias en área tan sensible del hospital. No me quedé a esperar su respuesta. Volví corriendo hasta mi madre, ahora tirada en el piso, mientras le practicaban resucitación manual. Fui hasta donde se encontraba mi hermano, quien no dejaba de repetir, casi como un rezo "Todo va a estar bien, ella no puede morir".
Me acerqué nuevamente a mi madre, entre gritos médicos de "asístole", luego de cada golpe eléctrico sobre su pecho.
La tomé de la mano, le pedí que se fuera tranquila, que yo me encargaría de todo y de todos: había llegado su momento de dejar de sufrir esos espantosos dolores. Todo estaría bien para ella desde ese momento. Con su cuerpo ya rígido, sos ojos abiertos y las pupilas dilatadas, con los "asítole, asístole" retumbando por toda la sala, apretó fuertemente mi mano justo antes de la inyección de adrenalina directa al corazón. Luego de ello, soltó mi mano y se fue, se fue para siempre. Se había ido 20 minutos antes, pero regresó a tomar mi mano.
Jamás podré olvidar su dulzura, su inteligencia, su belleza sin límites, su permanente alegría ni su inmensa capacidad de amar y perdonar.
No solo se fue mi madre hace cuatro años, a las cuatro y veinticinco minutos. Se fue un ángel, una persona excepcional en todo sentido.
Cada día la extraño más, cada día la valoro más.
Mami, si por esas cosas de la vida y de la muerte, eres capaz de leer esto, quiero que sepas que todos te seguimos amando, aún más que antes y que tienes al nieto hermoso que siempre quisiste. Él es el niño más lindo, más suave y especial que alguien pudiera tener. Es Down pero no te preocupes ni sufras. Todos lo amamos quizás más de lo que pudimos haber querido a un bebé sin ningún inconveniente. Entre todos haremos de él un hombre bueno, valiente y autosuficiente. Y tiene los padres que más pueden merecerlo. Una madre que es como tú y un padre que lo quiere con todo el corazón. Hasta el abuelo muere de amor por él. Para qué te digo yo. Lo cuidaremos y le daremos todo el amor que tú hubieses querido demostrar.
Mamita mía, cuatro años son una eternidad.

21 OPINAN ¿Y BOSTON?:

  1. Dicen que el tiempo borra las heridas... es mentira a mi me crio mi abuela materna. Una mujer muy amable, muy buena, muy dulce y que murio hace 21 primaveras. Me duele lo mismo su partida hoy como en ese momento. Pero ese es nuestro destino, la unica forma de no sufrir es no querer y no querer es no vivir.

    Saludos

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  2. Nervio, tienes toda la razón, en cada una de las cosas que dijiste.

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  3. Un post hermoso Fule, de veras que si, y muy muy emotivo. Me dejas sin palabras. Un gran abrazo, con mucho cariño.

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  4. Sobran las palabras. Gracias por el ratito de emoción verdadera. El jueves en Viña como con mis viejos, y le voy a regalar tu relato a mi madre. Un beso. rjl

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  5. Ángel y Renato: muchas gracias por sus palabras.
    Renato, si le regalas esto a tu madre, hazlo con todo el corazón y le explicas bien (aunque sé que lo harás)

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  6. Se justifica siempre y de tantas formas el hecho de haberte conocido... me sorprendes siempre... aunque tú ni siquiera sabes porqué, pero me sorprendes siempre con tus conversaciones, tus respuestas a mis preguntas tan inpertinentes e incómodas, tu tranquilidad para tomarte las cosas, tu preocupación sincera. Sé que entiendes cosas que no te digo... lo sé.

    Al leer tu post, se justifica enormemente la existencia de este espacio de comunicación, se justifican todas mis penas por las cosas que posteo a veces, las penas por las cosas que leo a veces....

    Siempre eres sincera, y tus posts están llenos de ternura, y aunque espero no escribir algo similar respecto a mi madre, desearía poder escribirlo como tú si así me tocara vivir las cosas....

    Las fotos son hermosas...

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  7. No estás por ahi? aunque yo creo que te canso con mis cosas.... pero igual...

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  8. Acaba de venir mi hermano. Le conté que había escrito sobre la mamá.
    Por vez primera aceptó leer algo de mi blog. Para desgracia mutua, debo decir dos cosas, la primera, muy vana:

    1.- Quién cocinó ese día fue él. Hizo escalopas (yo no lo recordaba en absoluto)

    2.- A la mitad del post, supongo que fue cuando leyó la parte en que hablo de su reacción, no pudo soportarlo y lloró. Lloró como aquella vez. Se levantó, se lavó la cara y se despidió, sin terminar de leer.
    Me siento muy mal. Mi hermano es un hombre extremadamente sensible y debí prever esto. Si para mi la partida de nuestra mamá es difícil de aceptar, para él debe ser el triple. Yo sé cuánto la quería, cuánto la necesita, tal vez ahora más que nunca.

    Este no es lugar para pedir disculpas y sé que tampoco volverá a leer mi blog, pero aunque sea primero por acá, hasta que pueda hacerlo frente a frente, de verdad, "hermanate" que fui una bestia insensible, por favor, perdóname.

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  9. Tema sensible éste para mi, Fule.
    .
    Mi madre nos (me) dejó en condiciones similares hace ya casi 10 años, y es un dolor con el cual uno más o menos aprende a convivir, pero el espacio sin ocupar es demasiado grande como para dejar de pensarla, de extrañarla ...
    .
    Todo mi cariño ...

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  10. http://cktruth.blogspot.com/2006/03/y-el-caf-en-la-cocina.html ...

    los recuerdos ... quedas invitada ...

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  11. Es curioso pero yo a mi mamá no la extrañé nunca, ni cuando se murió ni ahora, claro que la recuerdo con mucha simpatía y cariño porque fuimos muy apegados pero no me da pena ni nada, lo mismo con mis amigos muertos.

    Tal vez debe haber sido porque siempre bromeabamos mucho con lo de la muerte. Lo que no me habría gustado nada es verla sufrir, mi suegra tuvo cancer hace unos años y la quimioterapia fue espantosa.

    A propósito la gente con síndrome de Down me encanta: lo que no tienen de lógica les sobra en emocionalidad, en cierto sentido es un don que les impide ser malvados

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  12. No se qué decir... fue tan sentido tu relato que quedé con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos...

    Te mando un abrazo inmenso...

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  13. Kein, no sé, sentí la necesidad imperiosa de relatar ese día. LOs recuerdos son tan vívidos y dolorosos como si me estuvieran ocurriendo cada día.
    Me gusta pensar en su alegría, en su amor pero invariablemente termino con el recuerdo de ese martes.
    Hay otras muchas cosas que ocurrieron también ese día, después de su muerte y que tuve que hacer sola, porque ni mi padre ni mi hermano estaban en condiciones de hacer nada.
    En fin, yo hubiera dado lo que fuera por ella, aún luego de su muerte.

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  14. Solidarizo con tu dolor. Septiembre tampoco es un mes bueno para mi, mi madre nos dejo en 1993, y ayer estaba de cumpleaños.. Ya con el tiempo he ido asimilando ... pero cuesta ene.. peor para mi el 9 de sept. se cumplen 3 años de que mi papa tambien partio.. y aun no me puedo recuperar.. pucha que es triste.. perder a alguien.. me siento plenamente indentificada con tu dolor.. y tu recuerdo.. Te dejo un beso..

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  15. Para verias me salté un comment, sorry, Tom. Oye, ¿de verdad no te duele? No creo que seas indolente por ello. De lo que sí estoy completamente segura es que tienes una manera muy peculiar de enfrentar la vida.

    Lady, no alcanzo a vislumbrar lo que significa perder tan joven a ambos padres. Aunque, claro, debe ser el mismo dolor, multiplicado por dos y tal vez tres.

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  16. Fuler, quede pa dentro con lo que cuentas de tu mama, me quedo con tu amor inmenso y las cosas lindas que te ha dejado, me dio un poco de pena esto, pero en fin, te envio un gigante abrazo.Ari

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  17. Gracias Ari. Lamento que les haya causdo pena...o tal vez no, tal vez intenté traspasarles, hacerles sentir lo que siento siempre que la recuerdo y más aún cuando se cumple otro aniversario.
    A mi me queda esta alegría: Tuve a la mejor madre con quien alguien podría soñar durante 30 años. Una persona que iluminará mi existencia con su recuerdo. (y que además, nos malcrió a mi hermano y a mi, porque jamás pudo siquiera ser dura con nosotros)

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  18. Hola:
    Eres una persona maravillosa y me has emocionado con esto, creo que tu mamita si te escucha y creo que las personas viven en nuestros corazones para siempre, y tu mamá esta dentro del tuyo…
    Besos…

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  19. No se me ocurre qué decir... sólo que tu capacidad para relatar ese episodio, seguramente uno de los más tristes que la vida nos tiene reservado a todos, me impactó tanto como la vez aquella en que me contaste cómo había sucedido todo.

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  20. Cabezón, muchas gracias por tus palabras. No soy mravillosa, para nada. Para ser honesta tengo muchos defectos. Pero sí tengo una capacidad de amar bastante amplia: El cuerpo es chico pero el corazón es grande.

    Gabriel: Tú has sido uno de los pocos a quienes conté esto, paso por paso. Probablemente te conté también lo que ocurrió después: Mis parientes llegando al hospital, yo bajando a la funeraria del subterráneo a escoger su ataúd, mi hermano y mi padre hechos giñapos, incapaces de mover un sol0o dedo de tanta pena, etc.
    Pero lo que leíste muy seguramente es textual a lo que que te conté porque esos momentos, no sé, mi memoria es cruel.

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  21. Yo no logro imaginar y muchos menos dimencionar lo que sucederá en mi vida cuando mi madre muera. El cuerpo es materia... pero los que quedamos debemos el afecto y el respeto por el recuerdo que implica aquella persona amada en nuestras vidas.

    Aunque pienso que colapsaré, pues yo solo la tengo a ella. Mi madre es la mujer más maravillosa que conosco y le estoy profundamente agradecida, pues ha sido padre y madre a la vez. Además renunció a su vida de mujer, es decir encontrar una pareka por cuidarme y entregarme lo mejor de ella. Y como todas las madres también ha cometido sus errores, los cuales una aprende como lección, pero la madre es la madre, es sagrada. Ya lo decía Máximo Gorki.

    Saludos tía Ñañe, por lo entrañable de tus líneas y las fotos mostradas, me doy cuenta que tu madre fue una gran mujer.

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¿y Boston?