Ni que tuviera algo nuevo que contar después de todo este tiempo.
Nada, para variar, solo naderías, vacuidad, soledad, ostracismo.
Estoy atrapada en el tiempo, aún saboreando viejos gustos, antiguos placeres.
Sigo siendo nadie, sabiendo a nada, oliendo a viento de otoño.
Eso: nada, nadie.
Eterno desenfreno del qué sé yo, del vaya uno a saber, del y a mí qué me importa.
Bajo el brazo no traigo el libro autoprometido, ni cuentos ni historias de ninguna especie.
Bajo el brazo, solo escondo las costillas tras la grasa.
Nadie, nada.
Eso.
Pues yo te acabo de leer... por esas nostalgias inexplicables visito tu blog y otros que me quedaron en la retina.
ResponderBorrarYo paso de vez en cuando por aqui...
ResponderBorrarEsto es bello. Gracias ��
ResponderBorrar