Subscribe:

1 de septiembre de 2006

NEAR DEATH EXPERIENCE

No vi luz al final de ningún túnel.
Mi vida no recorrió mi mente en tres segundos.
Tampoco tuve miedo.
No vi a nadie fallecido que extendiera su mano para llevarme.

Pero estuve a unos 15 segundos de morir, hoy, cerca de las dos de la tarde.

Estaba terminando de cocinar y veo a mi padre tomar una mandarina y comérsela con el mayor de los gustos. No sé si fue de puro mona o porque se me hizo agua la boca.

No pude evitarlo, así es que me dirigí hacia el frutero y cogí la más brillante de las mandarinas. Traté de pelarla, pero era impelable. Entonces, tomé un cuchillo y procedí a partirla en mitades.

No podía dejar a las ollas solas, como si la cuchara fuera a hacer solita su trabajo o los cuchillos cocineros fueran a sacar patitas, tomar las cosas que faltaban y pelarlas.
Habidas las predichas circunstancias, no encontré nada mejor que ser una chancha desmedida y me zampé las dos mitades directo a la sanguchera, con el objetivo de despejar las manitas y continuar mis tareas de ama de casa a la fuerza.

Habrían transcurrido unos 30 segundos, cuando decido tragar lo que yo creía era el primer pedacito de naranja.
Nada más erróneo.
Dos gajos comenzaron a bajar por mi garganta. Se deslizaron con cierta dificultad, así es que decidí tragar con fruición, para evitar dificultades.
Otra grosera equivocación:
Los trozos de cítrico no siguieron su camino hacia el esófago. Se detuvieron en su paso por la tráquea justo a la altura de las cuerdas vocales, motivo por el cual no pude decir palabra acerca del "percance" que me estaba ocurriendo.

Decidí mantener la calma y seguir intentando tragar.
Luego de un minuto, me di cuenta que no iba a poder deglutir. Además, hacía ya un munuto que no respiraba ni era capaz de emitir sonido alguno.
Entonces, partí en dirección al dormitorio de mi hermano, quien, por fortuna, había llegado justo a visitarnos.
Mediante señas, le indiqué que, o me ayudaba con prontitud o su única hermana perecería producto del chancherío de engullir mandarinas.

Para darles una idea, soy una mina de contextura media, de 1,60 de estatura. Mi hermano es un tipo bastante fornido , con 1,84 metros a cuestas.

Se puso tras de mi y empezó a apretarme la base del estómago (a la altura del píloro), sin conseguir ningún resultado.

Como su desesperación iba en aumento, empezó a alzarme, yo calculo que a un metro de altura y casi reventándome las vísceras: NADA, NO HABÍA CASO.

Entonces fue la hora de empezar a pensar en mi muerte. Mal que mal, habían transcurrido tres minutos sin respirar y me acercaba peligrosamente a mi record de 3,20 segundos conseguidos en la adolescencia, bajo el agua.

Me dirigí nuevamente a la cocina. Me encontré a mi papá, quien también intentó ayudarme, mientras podía ver borrosamente las caras de Alicia, mi cuñada, mi tía y mi hermano, pálidos y presa del pánico real de estar presenciando mi muerte.
En los pocos segundos que me iban quedando, pensaba en lo estúpida de una muerte como ésa. Pudo ser un infarto, un accidente de tránsito. Cualquier cosa menos atragantarse con una mandarina.
Luego de ese segundo de pensamiento, vino el último: meterme la mano por la garganta hasta empujar los mentados gajos y poder, finalmente, tragarlos. Ya no podía ver, estaba apoyada sobre un mueble, porque todo me daba vueltas.
Abrí la boca, introduje mi mano izquierda lo más profundamente que pude e intenté tragar.
LO LOGRÉ!!!
HOY NO MORÍ.

20 OPINAN ¿Y BOSTON?:

  1. Qué bién que te salvaras! De "Fulerita" no tienes nada.

    Qué mueran los fuleros F U L E R O S !

    ResponderBorrar
  2. casi muero de impacto con tu relato,tengo teoria que nadie se muere en la vispera,ahora a vivir una fabulosa vida.
    ¡¡vivaaaaaaa la vida¡¡¡ doña fulerita
    lucita sexy.

    ResponderBorrar
  3. Les agradezco mucho a ambas.
    Es muy cierto que tuve pata y media al otro lado pero supongo que me quedan cosas que hacer por acá antes que la pelá me lleve por completo.

    ResponderBorrar
  4. chuuu, casi nos quedamos sin Fulerita!!
    Ese ahogamiento es super peligroso, hay una maniobra que se hace apretando el diafragma para destapar la cañería, en fin, menos mal que no pasó a mayores, el paraiso tendrá que esperar todavía

    ResponderBorrar
  5. Tom, esa técnica fue la que empleó mi hermano, sin resultados positivos...
    Si me fuera al paraíso, me encuentro con mi mamá...sería lindo, solo que imagino que primero haré una pasantía por el purgatorio...

    ResponderBorrar
  6. Deje atrás esa horrible sensación y disfrute de esta nueva oportunidad que el de arriba, por influencia quizás de su madre, le dio. Cuidarse es su prioridad y vivir de ahora en adelante una vida plena es su obligación.
    Me alegro de que la historia llegue a un final feliz pues en verdad que no sería tan digno morir bajo esas mandarinescas circunstancias. Mínimo atropellada por un Mercedes Benz u otro auto de marca; por una extraña enfermedad de origen asiático tras un apasionante safari; en la caída de un avión que viajaba por Europa o la mejor forma de todas...en el acto sublime de entregarse a la pasión de la carne y el corazón, al estilo de "Como agua para chocolate"...si no es de estas maneras...ni se diga...no se puede morir y ya está. He dicho!!!

    ResponderBorrar
  7. Fuler, lo bueno que estas bien , tonto o no, el accidente ese es bien peligroson, usted tiene vida de gatos, harrrrtas, agradezca.Un abrazo.Ari

    ResponderBorrar
  8. Hola, es mi primera visita a tu blog. Me quedé impactada, porque una vez me pasó algo así, pero mucho menos y me sentí mal.
    Menos mal que no pasó nada. Un saludo desde Buenos Aires,

    ResponderBorrar
  9. Piso 7º: lo único que me preocupaba en ese instante eran mis seres queridos. Mi familia estaba presente y estaban todos al borde del colapso. Los no familiares, se habrían enterado con posterioridad y todos mis amigos bloggeros nunca lo habrían sabido. Por esa razón, le daré a alguien de confianza mi clave de acceso, para que -si algo me pasa- pueda ser posteado.
    Y, por supuesto, era una muerte demasiado imbécil y ya ma había ocurrido en dos oportunidades anteriores.

    ResponderBorrar
  10. Ari: Gracias por la preocupación.
    En todo caso, vidas felinas mediante o no, tengo un "aro" morado que me envuelve justo debajo de las que te jedi y me duele enormidades.

    ResponderBorrar
  11. Increible lo que hace la gula... las ganas, los deseos incontenibles. Estuviste cerca... pero afortunadamente estás acá con nosotros, por un pelito... tienes que cuidarte tía Ñañe.

    ResponderBorrar
  12. Malizia: Bienvenida a mi vida en palabras, imágenes y sonidos (como estoy descrita en uno de mis blogs favoritos). Espero leerte seguido (si mi espacio te apetece).
    Por mi parte, iré a visitar tu casa virtual. (ésa es una de las bondades de los blogs: puedes llegar siempre de visita, sin importunar a nadie y con solo un click, sin importar las distancias)

    ResponderBorrar
  13. Ñeña: Yo sé que Ud. sabe que lo que le diré es cierto: Una de mis preocupaciones era ¿Cómo se van a enterar mis amigos virtuales?? ¿¿Quién y cómo se los van a decir??
    Lo más probable es que hubiesen pensado que simplemente decidí desaparecer, sin despedirme ni dejar rastro.

    ResponderBorrar
  14. Ays! Mira que no se si retarte, cagarme de risa, angustiarme, o todas las anteriores... tenis que tener cuidado poooh!! No ves que le estoy empezando a encontrar el gustito apasearme y publicar mas seguido por aca? Besotes.

    ResponderBorrar
  15. Eso le pasa por tragarse las cosas enteras.

    Golosa!

    Rabimperativo

    ResponderBorrar
  16. Me alegro que haya sido sólo un susto...

    Cuidate!

    ResponderBorrar
  17. goloso susto que me llevé.
    De ahora en adelante seré más precavida.

    ResponderBorrar
  18. Chuta que vengo tarde, pero ya hablamos del tema .... y me alegro de que estés tan viva como lo estás...

    De los precavidos es el reino de los cielos dicen ... (además de los arrepentidos).

    A todo esto, en serio te gustan las mandarinas?.... yo le encuentro olor a perfume...muy fuerte...

    ResponderBorrar
  19. tODAS LAS FRUTAS CÍTRICAS ME ATRAEN TANTO COMO UN BUEN CIGARRILLO: ME HACEN PÉSIMO PERO SU OLOR ME RESULTA SENCILLAMENTE IRRESISTIBLE.

    ResponderBorrar
  20. He ahí uno de los fruteros, colmado de apetitosas mandarinas pero aún no me animo...

    ResponderBorrar

¿y Boston?