Subscribe:

18 de noviembre de 2006

La vida en un segundo

Hoy (ayer) mi hermano pasó por mi casa como a las 9:30 AM a buscar algo (no me pregunten qué) y salió convertido en bólido a una reunión de padres con su señora y su hijito de tres meses.
Habría transcurrido un cuarto de hora, cuando suena mi celular y ¡Oh sorpresa! Era él nuevamente.
Con esa tranquila voz de mando que suele usar conmigo (debe jurar que yo estoy a su servicio) me pidió que lo fuera a buscar a Beaucheff con Marsella de inmediato. Como nada sonaba tan particular le pregunté si era para largo porque yo tenía que salir como a las 2. Entonces me contestó ¿Puedes o no puedes? Cuando se pone así de prepotente es porque algo le está ocurriendo (lo que son los códigos de conducta de algunas personas). Entonces le pregunté qué ocurría.
Me dijo que lo acababan de chocar y el auto no andaba, así que necesitaba que los fuera a buscar.
Obviamente partí rauda, aunque no sin antes preguntarme por qué cresta no habrán tomado un taxi.
Llegué lo más rápido que pude y recién ahí logré percibir la magnitud del accidente y por qué mi hermano me había pedido a mi que los fuera a buscar:
Había vidrios por todo Beaucheff (que es una avenida bastante amplia y poco concurrida).
El auto de mi hermano estaba semi cruzado en una de las vías contrarias, impactado desde el farol izquierdo que estaba hecho añicos, así como el capó, pasando por la rueda y ni me imagino cómo pudo haber estado por dentro. El golpe seguía recorriendo el auto lateralmente hasta la puerta trasera.
Mi hermano estaba al lado del auto con el muchacho que lo impactó por no respetar una señalética del tránsito y de seguro ir a exceso de velocidad. Este cabro estaba con su padre.
Pero a mi cuñada y mi sobrino no los veía por ninguna parte.
Finalmente ella se encontraba dentro del auto del padre del muchacho, con Joaquín en brazos.
Tenía una cara indescriptible. Los ojos casi se le salían de sus órbitas, se notaba como perdida, abrumada, al tiempo que las lágrimas estaban a punto de estallarle desde los lagrimales como si fuera mono japonés.
Le pregunté cómo se sentía y me dijo que se sentía un poco perdida y somnolienta y que la cabeza le dolía una enormidad: se había golpeado contra el vidrio y tenía un chichón del porte de una naranja. Joaquín, por su parte, estaba como tuna, gracias a Dios.
Dadas las circunstancias era obvio que debía llevarla a un centro asistencial para constatar lesiones. Por algún motivo que desconozco, cuando llegaron los Carabineros no hicieron las preguntas de rigor y nadie sabía del golpe de mi cuñada.
El infractor, para ponerlo en términos técnicos, y su padre insistían en llevarla a su médico, cuestión a la que me negué, porque eso no sirve como antecedente probatorio de nada.
La llevamos entre todos hasta mi auto, instalamos la sillita de Joaquín y a la Posta Central.
Estuvimos HORAS. Yo nunca había entrado allí y desconocía absolutamente las deplorables condiciones en que funcionan ni las horrendas maneras de los médicos que allí laboran.
Pasó por un primer endiosado que la tuteaba como si la hubiese conocido de toda la vida y ni siquiera la hizo sentarse. Me dio una tremenda rabia porque además Alicia, mi cuñada, estaba algo mareada. Le dije al tipo: "Oye ¿no la dejarías que se sentara antes que se te caiga en plena consulta?" El muy fresco de ra... me espetó que primero le preguntaba qué le pasaba y después decidía si se sentaba o no. Mientras decía tamaña estupidez yo ya me había devuelto a mi asiento, mascullando un "roto prepotente y maleducado" que recibió con una socarrona muesca parecida a una sonrisa.
Para qué entrar en más detalles. El hecho es que estuvimos ahí hasta las cuatro de la tarde, salimos con el informe de lesiones en la mano, volvimos a mi casa a almorzar (casi a la hora del té) y por suerte Alicia está bien.
Lo único que me queda claro es:
1.- La vida de mi familia pudo haber dado un gran giro por culpa de la irresponsabilidad de un niño que no tendría más de 18 años.
2.- Menos mal que mi cuñada no tenía nada grave, porque por culpa de la Posta Central, esa misma vida pudo haber dado otro mal giro.
Consejo para todos: Si les ocurre la mala fortuna de verse envueltos en un accidente de tránsito no vayan a meterse ni cagando a ese centro "asistencial".

16 OPINAN ¿Y BOSTON?:

  1. Que lata eso del síndrome "médico en hospital", "piloto en aeropuerto", "estrella de la farándula en discotheque pinga", etc... el asunto y lo positivo de toda la historia es que quedará sólo como un anécdota desagradable y no como el momento de un antes y un después...

    Cuídate mucho!

    Gabriel

    (PD: en el post de abajo, no hay duda que eres tú, sobre todo en los ojos)

    ResponderBorrar
  2. Puf! Ni me digas... yo trabaje en un consultorio, y si bien tuve MUCHA suerte y el equipo de trabajoera fantástico, si que vi cosas, que bueno.

    No debieran dejar que gente así se encargara de tratar gente... yo no se si de hecho recordarán quese trata de personas, y no de animales o cosas. :(

    Asi son las cosas por estos lados, fule, feas. Pero siempre hay por ahi genter que salva.

    Besitos!

    ResponderBorrar
  3. Que no te ciegue el cariño que tienes por tu familia. El tipo de la posta tiene que evaluar la gravedad de los que llegan y priorizar a ojo, lo hace miles de veces en el día y en el caso de tu cuñada al menos, parece que no se equivocó.

    Y tu dirás ¿y que habría pasado si tuviera algo grave pero sin síntomas?, bueno, en la atención de URGENCIAS se prioriza por síntomas, no hay otra forma, los que se ven peor entran primero, me imagino que no preferirás que dejen esperando a un infartado por atender a tu cuñada "por si las moscas".

    Y lo del trato despectivo también es muy comprensible, cualquiera en urgencias te lo puede explicar, llegan los parientes estresados, desesperados y prepotentes todo el día, todos exigen ser los primeros.

    Tal vez algún día te toque llevar a alguien con un infarto o con una reacción alérgica grave (a mi me ha tocado) y verás que los tipos en general hacen muy bien su ingrata pega.

    ResponderBorrar
  4. Terrible son los accidentes y sobre todo si parte de tu familia es la afectada, estamos en Chile, en ningún centro asistencial te atenderán de inmediato, me lo dice a mi que conozco casi todas las postas.....si hasta en la Católica cuando entras por urgencia te hacen demorar desde media a una hora para que puedas pasar a un box y un medico te pregunte que te paso y después te toman la presión y te hacen esperar hasta que viene como en 15 a 20 minutos otro y te dice tendremos que practicarle unos exámenes y después veremos y así se te pasa el día entero esperando que alguien te dijo si es grave lo que tienes....
    No olvidemos que estamos en Chile y si no te alcanza para llegar a una Clínica y pagar estamos Muertos...

    Gracias a Dios que tu familia esta bien y creo que eso es lo que importa por ahora...un abrazo...

    ResponderBorrar
  5. Tom: Se nota que no vives en Santiago y que ciertamente desconoces el manejo al interior de la Posta Central.
    El tipejo que atendió a mi cuñada no tenía a nadie esperando porque solo está ahí para atender a los lesionados por accidente de tránsito y Alicia era la ÚNICA. Nada lo apuraba y nada le costaba darle un trato digno, más aún cuando iba hasta con su hijo en brazos. Y que exista gente que no lo trate bien no lo autoriza a ser prepotente con nadie. Nadie llega hasta allá a ordenarle pollo con papas fritas. Solo llega gente en malas condiciones de salud, solo llegan pacientes.

    ¿Que los atienden por orden de urgencia, atendiendo a la gravedad del paciente? ¿En época habrá ocurrido eso? Porque una vez que nos trasladaron a Urgencias (allá fuimos a parar porque mi cuñada tenía todos los síntomas de un TEC), la atención era por orden de llegada. Vi un hombre semi muerto por una puñalada en el hígado esperar más de dos horas hasta que lo ingresaron a los box ¿y sabes lo que hacen en los box? los ponen a esperar otras dos horas , solo que esta vez acostados sobre una camilla.
    Había una mujer con hemorragia interna que no paraba de gritar y de no ser porque la propia gente que estaba esperando su turno alzó la voz, la pobre muere afónica y desangrada.
    Cuando mi cuñada ingresó a los box "de atención" fue a parar al cuarto de aseo, en donde no había siquiera una silla para sentarse. Estuvo ahí unas tres horas antes que se le acercara un médico solo para decirle que era probable un Tec y que se fuera a Rayos, por sus propios medios (al otro lado del establecimiento), porque podría haber tenido una hemorragia cerebral
    ¿Y TÚ ME HABLAS DE LA BUENA PEGA QUE HACEN?

    POR MI, QUE LES DEN PATADA POR LA RAJA A TODOS POR PENCAS Y DESALMADOS. LUEGO, APOYARÍA UNAUMENTO DE SUELDOS Y CONTRATARÍA PERSONAL CALIFICADO Y NO ESA TROPA DE INDESEABLES QUE LO ÚNICO QUE HACEN TODO EL DÍA ES DEAMBULAR TODO EL DÍA CON UN CAFÉ EN LA MANO Y EL ESTETOSCOPIO EN LA OTRA.

    Ah, y lo de tocarme un infartado, fíjate que mi mamá se infartó en el hospital Militar hace 4 años y tuve que esperar más de 10 minutos hasta que apareciera un imbécil con cara de Dios a decirme que con 5 minutos de resucitación bastaban antes de declararla muerta. Me bastó amenazarlo con querella para que al menos estuviera un rato decente con ella, antes de -en efecto- declararla muerta.

    ResponderBorrar
  6. Simplemente: Está bien, estamos en Chile, país con ¿pocos? recursos. Yo diría país con desviados recursos. País de ladrones, sinvergüenzas, aserruchadores, flojos y los que no lo son, resulta que ahora los veo justificando lo injustificable.

    ResponderBorrar
  7. Por eso no manejo y uso preferentemente el metro.

    Rabinsomne

    ResponderBorrar
  8. MMM... buen punto, yo también choqué una vez y no fue nada gracioso.
    Pero el metro también puede ser peligroso (al menos para mi), así que seguiré manejando en cuanto mi hermano me devuelva el auto (porque, claro ¿adivinas quién se quedó a pata después de este choque? Mi hermano no fue...)

    Una hora más insomne que tú.

    ResponderBorrar
  9. Si seré bien ROTA, dejé de responderles a Gabriel y a Angelita.

    Gabriel, oye, tú cada día más robótico. En verdad que hay profesiones endiosadas. Por suerte, con dificultad vas a ver a un abogado creyéndose la muerte en tribunales (aunque de que los hay...)

    Angel y demonio: Si alguna vez vuelves a trabajar en el sistema público (aunque no soy tan mala de desearte tamaña desgracia) te voy a preguntar a dónde ir y dónde no, porque de vez en cuando tengo que acompañar clientes a constatar lesiones y cosas por el estilo y hay lugares que son más peligrosos que el accidente que te llevó hasta allí.

    ResponderBorrar
  10. Al parecer, las urgencias son tales para los pacientes y familiares...y pare de contar. Es una lástima.

    ResponderBorrar
  11. Mmmm es bien grave el asunto. He trabajado en sistemas públicos y todo, TODO, se mueve por influencias. Los amigos primero, lo que traen regalos primero que los anteriores.

    A mi me gusta andar en metro porque uno se puede tirar peos libremente (bueno en todo lugar se puede) y no, si na que ver, si escribí éso pa puro hueviar.

    ResponderBorrar
  12. jajajaa, es más fácil arriba del auto (siempre y cuando andes sola) Además, con la propulsión, ahorrai ene bencina...jajajajaja

    ResponderBorrar
  13. Afortunadamente todo salió bien para tu familia... aunque te hayas quedado a pata..! Lo grave es la mala atención a la que haces referencia... parece que eso nunca va a terminar...

    Yo le temo demasiado a los accidentes... tuve uno que pudo ser muy grave, hace años... y otro que pudo ser mortal si no es por la habilidad del conductor...

    Ya, ando medio enferma así que poco aporto...

    Beshos!

    ResponderBorrar
  14. tas enfermita? Recupérate pronto o de aquí a un año, cuando por fin se materialice el asado (más parece cuento del lobo)

    ResponderBorrar
  15. Anda a mi blog a ver "LOS IGUALITOS A:" (IV parte) Mira que el próximo puedes ser TU!!!


    Un abrazo

    ResponderBorrar
  16. No dije yo:

    una vez viene a molestar y a la próxima viene a pedir favores.

    ResponderBorrar

¿y Boston?