Cada vez que tengo una audiencia, la noche anterior no puedo dormir. Entre el pánico escénico, el terror a citar mal algún artículo y el hecho de tener al cliente sentado justo al lado mío...Brrrrrr, me espanto.Entonces me pongo a deambular como sonámbula por la casa (y -la verdad- sí soy sonámbula), repetir artículos, imaginar posibles escenarios, rabietas del juez, descontroles de la contraparte, aciertos o fatales errores míos. Me vuelvo mono pensando tanto y ya estoy a punto de empezar a echar humito por las orejas.Obvio que este impulso irrefrenable hacia la perfección me tiene toda ulcerada y si no muero de cancer al pulmón, será de estómago o colon. Y, claro está, lo imposible no puedo evitarlo y siempre cabe la posibilidad del error. Equivocarme me aterra y me hace postergar muchas cosas y simplemente dejar de hacer muchas otras, todo por el estúpido temor a meter las patas.
Y por supuesto que las meto, tupido y parejo en la vida diaria. Pero en el ejercicio de la profesión...hasta ahora solo me he mandado un gigantesco condoro (que pude solucionar a tiempo haciendo lobby como dos semanas completas en un tribunal).
Todavía no puedo sacarme de la cabeza que algunos de los materiales de las clases de la semana antepasada quedaron para dejar con glaucoma a quien los lea (pobres alumnos).
Creo que voy a retomar la lectura de un librito que se llama "el hábito de posponer" ( o algo parecido) y que postergué (!!!) cuando me vi retratada en él de cuerpo entero. Era como una radiografía pormenorizada de mi poco saludable personalidad.
Me voy a repasar la página del poder judicial, porque me pone "corajuda" ver algunas de mis causas ganadas (esto no se acaba nunca).
Fule....tranquilidad, mal que mal tus conocimientos ya están insertos en tu mente y en tu cuerpo y tus habilidades no pueden hacerse perdido porque si....en todo caso, el posponer lejos de ser un arte, es una mala praxis que corroe la mente de personas que tienen todo para ganar; si eres de esas personas lucha contra ese enemigo invisible mira que después te posee y no hay como exorcisarlo.
ResponderBorrarBesos
Anonin
A dos minutos de partir, espero que todo salga bien y no mandarme ningún cagazo...
ResponderBorrarSupongo entonces que mientras escribo estas palabras tú ya estás en tribunales con tu cliente al lado... y no puedo ni siquiera imaginar lo que es éso de que tu trabajo se exponga públicamente, pues el mío es todo lo contrario, lo mio es privadísimo.
ResponderBorrarNo redundaré en decirte que eres inteligente, muy capaz, ultra-mega hábil, y linda, pues éso ya lo sabes.
Al leer tu post pensaba y sentía que eres sin duda una escritora como pocas. Fule, tengo la certeza de que lo eres.
Un beso.
Precisamente, mientras escribías yo ya estaba en audiencia (100% puntuales, se pasaron) y puedo decir "vini, vidi, vinci". En realidad no debo, por la inmodestia pero salí saltando en una pata. Y aunque el desarrollo de la audiencia estuvo impecable, cada vez que iba a tomar agua las manos me temblaban que daba pena. Casi no logro controlar los nervios en estas cuestiones!!! Por lo menos me salió la voz y pude realizar una exposición de los hechos y del derecho clarita como al agua que estaba tratando de tomar (esos vasos deberían venir con bombilla incluida para que no se me noten los nervios en las sísmicas manos...)
ResponderBorrarY si hay alguien bueno en lo que hace y me consta, eres tú. Te creí altiro.
Si Sabemos que eres capas de enfrentarte a tanta gente y pelear por las Leyes y artículos, incisos y párrafos para defender las cosas, así como también creo firmemente que pelearías a muerte por Joaquín, esos lindos ojos claros y transparentes como te dije un día, esconden muchas cosas más de las que sabe tu corazón...
ResponderBorrarFuerza te sobra y ganas hay...
Simplemente rescatando un regalo...Simple
Mmm...sí, puede ser, no sé, tal vez...soy insegura a morir (pero ya lo habrás notado)
ResponderBorrarAsí es la vida del abogado pues amiga. Nadie nos obligó, más allá de ceirtas presiones sociales y familiares legítimas que supongo que en tu caso también se dieron, a estudiar Derecho.
ResponderBorrarMuchas veces también obtienes satisfacciones casi orgásmicas ¿o no?
Rabimpropio
Pero claro que obtengo satisfacciones. De hecho, en esa audiencia me fue muy pero muy bien y salí de ahí con pecho de paloma. A lo que yo me refiero no es al ejercicio en sí (al menos en este post) sino a mis defectos personales que me hacen pasar tremendos sustos cuando ejerzo litigando. Y ni siquiera son miedos fundados, sino el temor no razonado, el miedo reflejo a aparecer en público y que en vez de citar la norma correspondiente, termine atrapada por la Ley de Murphy...
ResponderBorrarHola pucha , no se por donde empezar... por el comienzo supongo. Hace algún tiempo atrás anduve buscando en la red información acerca del ravotril, pues me lo habían recetado y quería saber qué iba a tomar, y por esas casualidades encontré tu blog, y la verdad es q me resulta bastante agradable leerte, de hecho te tengo en mis favoritos del explorer y bueno no se si sirva de algo, pero me identifico si no bastante, demasiado contigo , bueno yo carezco de esa habilidad q tienes tu con las palabras, porque notablemente la tienes y en realidad leerte es como desahogarme en cierta medida.
ResponderBorrarVerás , soy estudiante de derecho, de segundo año,recién ufff! pero tus palabras en cierto modo me preparan para el futuro, yo q creía q solo en los examenes sentiría esa inseguridad de no saber nada y saber todo por culpa del posible error.
Solo escribía para agradecer tus palabras, para mi son útiles y no se si te agrade o no pero me identifico contigo, verás en varios aspectos, pero no puedo hacer mas largo este comentario!!!!
Bueno solo eso, un beso desde valparaíso
DANIELA.
Daniela: Qué bueno si es así. Nunca este blog tuvo ese objetivo pero me alegro mucho si de alguna manera puedo ayudar.
ResponderBorrarRespecto de los nervios, pues todo depende. El 2005 me lo pasé metida en audiencias fuera de santiago y alegatos en rancagua y acá. Y el training se encargó de opacar completamente los nervios. A poco andar, me acostumbré tanto que lo único que me interesaba era no tener que esperar mucho para entrar y lanzar mi perorata y mis fuegos artificiales. Así es que no hay que preocuparse.
Es más, estoy 99,99% segura que tanto fiscales como defensores públicos ya ni se acuerdan de los nervios que pudieron sentir en un comienzo.
Ravotril, que nombre más adictivo, menos mal que ya no tomo nada...solo me quedo con los antibioticos...
ResponderBorrarSimplemente adicta a la locura que producen los antibiotico
Como no me da para hablar de niño de cristal, debo decir que no tomo altibióticos porque me dejan convertida en "vieja de cristal".
ResponderBorrarPD: Bajé la dosis de ravotril hace un par de semanas y me estoy sintiendo especialmente sensible y angustiada...pero pasará (supongo)
Te felicito...pero no te preocupes el cambio siempre produce esa sensación de vació, como que algo pasa, como que todo puede pasar y andamos a la defensiva, pero ya te acostumbraras, no pierdas las fuerzas y subas la dosis otra vez...Animo tu sabes que puedes esto y mucho más...
ResponderBorrarSimplemente Besos con sabor a Mar
Agggg!!! qué envidia: estás o estuviste en la playa.
ResponderBorrarEn buena ahora: Espero que el viento del pacífico te haya servido.
De la sabia sabiduría popular "nunca dejes para mañana lo que puedas hacer PASADO mañana"
ResponderBorrarAh a mi me da nervios llamar por teléfono
Ah, los teléfonos me traen sin cuidado: mi papá está convencido que soy su "operadora".
ResponderBorrarTom: No te preocupes: ésa ha sido mi máxima de vida por muuucho tiempo. Pero como suelo excederme, he llegado hasta "haga mañana lo que debió hacer antes de ayer".
ResponderBorrarEso que haces de imaginar las situaciones, las miradas, las palabras, es una buena técnica psicológica para descargar tensión, siempre que miro a un saltador de altura justo antes de saltar cuando cierra los ojos concentrándose, me imagino que él imagina su carrera, diez pasos, levanto pierna izquierda, sube y sube y sube su cabeza pasa el listón, luego sus hombros, sus caderas, sus rodillas y en un último movimiento estira las piernas para que los pies pasen por encima de la barra que marca la altura. En ese momento vuela, colocando su cuerpo para la caída en la colchoneta. Conseguido, pues tú hiciste lo mismo imaginar cómo sería todo para tenerlo controlado.
ResponderBorrarÁnimo y que la fuerza te acompañe.
Mmm...yo lo considero un buen ejercicio para evitar catástrofes pero en nada me alivian la tensión...aunque, si lo pienso un poco más, claro, es mejor llegar con la situación controlada al menos en el imaginario que sentarse, meter las patas y después recriminarse por no haberlo previsto.
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