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29 de diciembre de 2007

Un final con remate

Obvio! No podía ser de otra forma. Si la ley de Murphy es demasiado estricta conmigo.
Al escribir el post anterior, puse la canción a propósito, queriendo insinuar que si el 2008 se viene malo, entonces que el 2007 me lleve de la mano.
¡Y casi me llevó!
Hace unos días cambiamos el calefont y desde entonces yo andaba con unos feroces dolores de cabeza y náuseas. Ayer pasé por el lugar en que está la instalación de gas y casi me desmayo con el olor a gas. Pero como siempre hago, pensé: "mañana llamo al viejujo que hizo esta instalación para que lo arregle".
Hoy, luego de pasar por la ducha, el dolor de cabeza se intensificó y me vinieron unos vómitos explosivos y unos problemas estomacales muy poco acostumbrados para mi remolón metabolismo. Además estaba mareada, medio entumecida y tenía unas terribles ganas de llorar.
Varias veces durante la tarde me quedé semi dormida pero tampoco era precisamente una siesta.
Llegó un momento en que la jaqueca me sobrepasaba y las náuseas eran tan incontenibles que pensé que me moría. Y me moría sola, sin que nadie siquiera me ofreciera un vaso de agua para no atragantarme con mis mortíferos pensamientos.
Cuento corto: casi muero envenenada por una fuga de gas que de milagro no hizo explotar la casa.
Ahora estoy un poco mejor. Lo suficiente como para dejar testimonio. Francamente, ni me atrevo a dormir esta noche, porque no sé si mañana amanezco o no.
Parece que el 2008 no viene bueno y parece que mejor no ando tentando la suerte con mis elucubraciones.
VADE RETRO, MURPHY, vade retro...

26 de diciembre de 2007

Fin de año

Nada qué decir: fue un buen año para mi, en todo sentido.
No tengo absolutamente nada de qué quejarme.
Ojalá el próximo sea como éste y si no lo es, entonces que los recuerdos de este año se queden conmigo por mucho tiempo.
En una de ésas el 2008 puede ser incluso mejor.
¿Cómo saberlo?

19 de diciembre de 2007

Maldita sea!!!

Cero espíritu navideño demuestro con el título pero qué le voy a hacer, a mi nadie me educó para hacer de esta época un momento de espiritualidad. Para mi, en la medida que haga regalitos y me lleguen unos cuantos, pues todo bien.

Y la maldición no es casual, se me ocurre que de verdad alguien me maldijo o yo misma lo hice sin darme cuenta.

El punto es que ayer andaba vagando por varios blogs, intentando recopilar botones y campañas varias de ésas para salvar a las ballenas. No es que me crea candidata a miss Chile ni mucho menos, sino que siento una genuina preocupación por los animales no humanos. Ahora, por favor, nadie me vaya a preguntar si es que como carne, porque sí la como (tampoco se pongan a pensar leseras).

Vuelta: andaba en animalescos menesteres, cuando se me ocurre dar una pasadita por los blogs que acostumbro leer y ¡Paf! que me encuentro con algunos comentarios bastante alejados de las buenas costumbres. Y la muy sopastontas (es que no hay otra manera de ponerlo) me meto donde no me llaman, a salvar el buen nombre de quién sabe quien, encarando a alguien que tampoco conozco.

Obviamente, me llegó un mangazo cibernético: me trataron de simia, de desubicada y otras tantas bellezas.

Nadie me mandó, lo hice solita, así como muchas otras veces en que opino más de la cuenta, defendiendo causas propias o ajenas.

Supongo que está en mi naturaleza andar defendiendo leseras que a mi me parecen importantes en su momento. De paso, me mando feroces chapulinadas no por mala leche, sino de puro gil que soy.

Como sea, el fin no justifica los medios, así como tampoco me apellido Maquiavelo ni Hood...

Maldita sea!!!

14 de diciembre de 2007

Enlarge your penis...

Eso mismo!
A mi me gustaría saber cómo hacer eso cuando no tengo uno.
Para qué hablar de las mil quinientas veces que me he ganado un gran sorteo de microsoft, la lotería inglesa o los muchos millones depositados a mi nombre en algún banco perdido de África.

¡Cómo detesto el correo basura!

Cuando chica no existía internet (está demás decirlo) ni Pcs, ni ninguna de estas huifas de hoy. Con cuea un atari 800 xl o un spectrum y tampoco era taaan chica cuando aparecieron.
Y lo más cercano a Spam eran unos cursos de inglés que me regalaban cada dos meses y que nunca tomé.

Pero de tanto leerlo...mmm...enlarge my penis... ¿How?

12 de diciembre de 2007

¡Qué calor de locos!

Hoy, tipo tres de la tarde, me empecé a sentir mal. Estaba frente al computador (media novedad) y sentía cómo mis brazos comenzaban a languidecer, la caja craneana se me hacía estrecha y el poto se me pegaba al asiento para siempre.
Tengo mi termostato interno medio malo y recién me doy cuenta que hace mucho calor o mucho frío cuando presento síntomas de deshidratación o hipotermia, respectivamente.
Como los síntomas ya estaban, prendí el aire acondicionado y lo mantuve al máximo hasta las nueve.
¡Qué tremendo alivio!

Me pregunto ¿Qué tendré que prender ahora para acabar con el resfrío y la tos que agarré por culpa del paliativo del calor?

11 de diciembre de 2007

A la peluquería!!!


De guagua, mi mamá se resistió a llevarme al peluquero y ella misma se encargaba de cortarme el pelo. Lo mismo pasaba con mi hermano. Supongo que era casi como un ritual para ella cuidarnos el pelaje como si fuéramos nutrias...es comprensible, puesto que ella tenía muy poco pelo y debe haber sentido pavor de vernos pelados.

Un mal día, una tía quiso hacerle un regalo y nos fue a buscar sigilosamente. Yo tenía cinco años y mi hermano, tres. Recuerdo que odié al tipo, porque no me debaja comer mis dulces (una especie de candy con sabor a mantequilla de maní que nunca he vuelto a ver) y me apretaba las mandíbulas para obligarme a permanecer quieta. Ni caché lo que me hizo en el cabello. Lo que sí recuerdo de manera prístina es la cara de espanto que pusieron mis padres cuando nos vieron. Después hubo feroz llanterío, mientras mi mamá nos abrazaba, mi tía se deshacía en disculpas y mi papá la retaba como cabra chica.

Es que nos había dejado HORRENDOS. Yo figuraba con las mechas tiesas y cortas como milico recién enlistado, mientras que a mi hermano le habían cortado todos los ricitos de oro que mi mamá adoraba a niveles superlativos.
Nunca más volví a pisar una peluquería, hasta los 13 años. Esa vez me llevó mi propia mamacita y me volvieron a dejar con corte militar. En esa ocasión las traumadas fuimos dos.
Era un completo patito feo: pelo corto, justo engordé, me apareció un pequeño acné y más encima usaba frenillos. De ahí en más, siempre me traumó mi aspecto físico; tanto así que ni siquiera me tomaba la molestia de mirarme al espejo.

A los 14 ya había bajado de peso, el pelo había crecido y el prurito en las mejillas fue cosa del pasado pero no en mi mente: en la azotea seguía siendo un cerebro con patas...hasta los 17 años.
A esa edad, me di cuenta que las personas no me percibían como el ser horripilante que yo estaba segura de ser. Aunque tampoco me creí bonita. En ese sentido he sido súper aterrizada -casi- toda mi vida. Pero a una peluquería, pues nunca más.
Hasta los 25.
El pelo me llegaba prácticamente a la cintura y desde hacía unos tres años que todos los veranos me hacía un tomate para no asarme de calor. Doce largos años sin que ninguna tijera ajena tocara mi cabeza...doce!!!
Fines de noviembre de 1997, salí de la práctica y sentí un impulso irrefrenable. El día anterior había estado viendo un programa en la tele con un famoso peluquero y pensé: "Si me voy cortar el pelo, que sea en serio pero a la segura".
Así es que partí a la peluquería de S.F. y le espeté un "¡Córtame el pelo lo más corto que se pueda!...sin miedo...¿por favor?..."
Salí de allí muy foronga pero una vez que llegué a mi casa y me miré al espejo, sentí las patas de lana y casi me largo a llorar.
Qué hice, por Dios!!!
Al otro día tenía que llegar a la práctica pero no fui capaz de asomar la cabeza ni fuera de mi dormitorio. Permanecí acuartelada como tres días.

Luego que pasó el horror del cambio y me tranquilicé, me volví una yegua altanera. Gasté fortunas en maquillaje, cremas, productos capilares casi inverosímiles y realicé un cambio radical en el vestuario: todo ajustado, mucho cuero, tacos y una actitud que me costaría barbaridades volver a tener.

Era una mina, la tremenda mina, a decir verdad. Durante varios años me sentí regia, estupenda, fenomenal ¡Y me resultaba!
¡Qué grandioso era sentirme inalcanzable! (ustedes no lo notan pero ha transcurrido una hora desde la frase anterior...y es que de verdad me gustaba, así es que me puse a paladear recuerdos por un rato).

Como todo ser humano, yo aprendo a porrazos y me caigo feo mientras más alto esté el pedestal al que me subí.
Obviamente, me caí: me di varios costalazos muy dolorosos, algunos por mi culpa y otros que simplemente tuve que sufrir.

Y acá estoy, escribiendo este post justo después de mirarme al espejo y odiar a mi peluquera por lo que me hizo, encontrándome como siempre me hallé: un cerebro forrado en piel de sapo y encima superflua...
...en fin...

10 de diciembre de 2007

Montt me estuvo leyendo...

...estoy segura.
¿No lo conocen?
El punto es que caí, en mis vagabundeos cibernéticos, en uno de sus blogs. De ahí pasé a otros cuantos que tenía linkeados y que resultaron ser, sorprendentemente, todos de su autoría.
Uno de ellos se llama "manual del insoportable".
Si lo han visto, sabrán que me describe en muchas de sus lecciones. No en todas, aclaro, porque algunos comportamientos no los domino tanto (aún).
En fin, algo tenía que escribir antes de dormir.
Se las trae él. Opino que escribe mejor de lo que dibuja.
Interesante.

6 de diciembre de 2007

La felicidad

Habiendo ya pasado la algarabía del pago (muy efímera, por lo demás), ahora más tranquila me pongo a pensar en uno de mis temas recurrentes.

¿Qué significa ser feliz, por la cresta?

Reformulo: ¿Qué diantres me hace feliz a mi? Porque, claro, cada cual podrá encontrar su propia felicidad y lo más probable es que la felicidad de los otros apenas tenga un par de puntos en comunión con la mía.

Ciertamente la plata no me hace feliz, por más que haya saltado al mediodía de hoy. Me tranquiliza y me permite ciertos lujos pero "it doesn't make my day", frase gringa que me gusta mucho.
Supongo, entonces que la felicidad son solo chispazos, momentos gloriosos que más vale aprovechar porque son escasos y no se dan a diario. El dicho gringo "make my day", me hace el mayor de los sentidos, porque de eso se trata, ni más ni menos.
Esta noche me siento vacía, sola, casi amargada, como hace tiempo no sentía. Algo me falta (y, al menos hoy, plata no es).
No soy trabajólica pero creo que trabajar es lo que más me acerca a un estado de felicidad más permanente. Tal vez no se trate de felicidad, tal vez solo sea que le roba tiempo a los devaneos de mi mente y me impide, por lo tanto, caer en la letanía del pensamiento sombrío.

Pero sigo sin apuntarle: aún no sé qué cosa sea aquella que me pueda hacer feliz.

Quizás sea solo un cuento infantil, como el viejo pascuero. Tal vez hace falta ser niño para creer y vivir la felicidad.
En una de ésas me acuesto y tengo un sueño de niña. En él volveré a tener una madre que me proteja, una vida pacífica y sin sobresaltos, esperaré a que llegue el viejo pascuero, jugaré otra vez sin cansarme, me reiré y disfrutaré confiada.


Sí!, esta noche volveré a mi infancia y mañana podré sentirla un poco más cerca.


5 de diciembre de 2007

Tarde pero llegó


Para año nuevo del año pasado yo andaba saltando en una pata porque mientras todo mundo brindaba, andaba vestido de fiesta y se tomaba unos días de descanso, yo trabajaba pegada al computador.
Para mi no hubo brindis, tomatera ni relajo ¡Y estaba feliz!
Estaba contenta puesto que lo tomé como un buen augurio: Seguro iba a estar todo el año tapada de pega y -como independiente que soy- más pega significa necesariamente más plata.

En efecto, así ocurrió: muchas causas del nuevo proceso penal, familia y conferencias dí durante este año. Mucho trabajo.
Pero ese "mucho trabajo" no siempre fue alegre. Muchos malos ratos, mucho insistir a varios clientes con cocodrilos en los bolsillos. Demasiado correr de un lado para otro, peleas en mi casa porque mi papá no encuentra nada mejor que volverse opinante cada vez que un cliente se atrasa en pagar (y eso es cosa de todos los días).
¡Si hasta un feroz porrazo me di trabajando! El costalazo fue en junio y aún hoy conservo la mayoría de los moretones.

Pero volviendo a diciembre del año pasado y enero del 2007, la pega que vi con tan buenos ojos no resultó como esperaba. Mejor dicho, sí: el trabajo fue arduo y entretenido pero el cliente me cagó. Lo he perseguido desde esa fecha para que me pague: Que anda en el norte, que se fue a Perú, después a Brasil. Luego le perdí la pista hasta que supe por los diarios que andaba en una gira político-económica en oriente.
Me ha hervido la sangre por mucho tiempo. Hasta hoy. Finalmente y luego de perseguirlo como si fuera su propia sombra...¡Me pagó!!!
Casi no lo puedo creer. A estas alturas ya no es el precio de mi trabajo: es un regalo de navidad.
Así es que estoy saltando en una pata otra vez.

Saltaré en las dos cuando el resto de los incumplidores se pronuncie...

3 de diciembre de 2007

Virtualmente amigos


Como suelo poner música en el blog (cosa que he ido dejando de lado porque los sitios para colgar canciones están muy malos), fui creando diversas cuentas en muchos espacios dedicados al asunto.

Una de esas cuentas está en GoEar, lugar en que subí algunas canciones de Leonard Cohen.

Hará cosa de un año (tal vez menos), me escribió un tal Gurb, preguntándome si yo sabría como encontrar un disco en particular del autor y la verdad es que esa placa es imposible de hallar.
De allí surgió una amistad que continuó a través del quehacer bloggeril.
Siempre me gustó mucho su blog, que contiene todo tipo de conocimientos, sentimientos, pasiones, etc. En realidad, es como un almanaque de los de antes, ésos realmente buenos.

Cuento corto, porque me estoy quedando sin palabras: Hoy he visto su última entrada. Ha decidido cerrar su bitácora luego de un año. Desconozco las razones de mi español amigo pero lo acepto, con pena.

Gurb: ni siquiera sé tu nombre real!!! Sin embargo, puedo decirte desde acá que ¡Hostias, tío! te voy a extrañar más que la cresta (mira en la RAE los chilenismos).

Demás está decir que les recomiendo a todos que vayan a ver su blog, antes que desaparezca.