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8 de agosto de 2006

LA FARAONA

Estamos en Agosto, mes lleno de dichos, mitos, leyendas y creencias varias.
Es el mes -dicen- que se lleva a los viejitos, por el clima revolucionado.
También es un mes bueno para casarse, porque no tiene ninguna letra "R" (¿sabían eso?).
Tiene una festividad reliogiosa entremedio (no sé cuál, pero de que la tiene, la tiene).
Para la Unicef, el es mes de los niños.
Sin embargo, para mi, Agosto es el MES DE LOS GATOS.

No hace nada que posteé algo sobre mi niño Martín, el Rey de la casa y su hermanita Sophie, la Reina (pronto viene su vida y obra).
Antes de ellos, empero, hubo una gatita que todos amamos mucho y que, cuando partió, nos partió el corazón en varios trozos y se llevó con ella un pedacito para el otro lado.
Nació en el invierno de 1979. Llegó a nuestra casa justo a los dos meses de edad y, desde que puso sus patitas en el suelo, supimos que sería nuestros ojos y nuestro dolor de cabeza.

No hizo más que entrar para salir disparada por todos lados, mientras mi hermano y yo (de 5 y 7 años, respectivamente) corríamos tras ella para poder tomarla en brazos y hacerle cariño.
Nada más ingenuo.
Ella era arisca como ningún otro gato que yo haya visto, bella sin comparación e inalcanzable.
Aún tenemos marcas de sus rabietas en la cara, brazos y espalda. Hija de madre siamesa y padre atigrado, era una enormidad gatuna con un carácter de los mil demonios. Llegó a pesar 7 kilos, tenía el porte de un perro pequeño y jamás nos aceptó como padres adoptivos. Éramos muy chicos, así es que siempre tuvo con nosotros un trato de "hermana malas pulgas". Mis padres eran sus papás y con ellos era un poco más dócil.
Pasamos toda nuestra infancia y adolescencia junto a ella. Hasta una parte de nuestra vida adulta nos acompañó.

A pesar de "tener su genio", en el fondo era muy regalona, solo que llevada de su idea. Si andaba con ganas de ser "cariñoseada", entonces se subía a nuestro regazos y nos amasaba por horas, ronroneando como motor eléctrico.

Ella era libre de salir a toda hora del día (en la noche no) y le encantaba subirse a los pilares de la entrada, para contemplar sus dominios. Y es que toda la cuadra era su comarca: entraba a todas las casas como Pedro por su casa, abría los refrigeradores ajenos (cosa que en la casa no hacía), dormía siestas en las camas de mis vecinos y daba feroces "tate queto" a los otros gatitos del sector, a domicilio.

Todos los días subía al techo de un puro salto y al poco rato se empezaban a escuchar los gritos del pobre gato al que se le había ocurrido invadir los dominios de "la minina".

Después bajaba ella, siempre sin un solo rasguño y con sus garritas rebosantes de pelaje ajeno. Se bañaba profusamente y corría a los brazos de mi mamá, para que la cepillara.

Recuerdo una mañana en que yo estaba en la puerta de mi casa, cuando veo pasar dos pastores alemanes, corriendo como desaforados, más otro perro grande que no alcancé a distinguir, porque corría como si el diablo lo hubiese perseguido. Tras ellos venía lo que me pareció un perrito pequeño y pensé "Puchas los perros tan grandotes y tan cobardes como para tenerle miedo a esa miniatura". La miniatura no era ningún perro: era mi hermana gatuna.

Mi feroz gatita era, sin embargo, muy tierna para algunas cosas y nos sorprendía permanentemente con sus travesuras, hábitos y tremenda inteligencia. Así, por ejemplo, cada estación de año la pasaba completa con alguno de nosotros (porque naturalmente, dormía en nuestras camas ¿o eran de ella?). Desde Septiembre y hasta Diciembre, dormía conmigo. El verano lo pasaba con mi hermano. En Abril se iba al dormitorio de mi tía (que a todo esto, es como mi segunda madre) y el invierno lo pasaba con mis padres, pero siempre abrazada de mi mamá, a quien además le hacía cariño en la cara y el cuello con sus manitos.

Como a mi hermano nunca le gustó mucho el estudio, ella llegaba a su escritorio todas las tardes y lo acompañaba hasta que terminaba sus deberes escolares (y los universitarios también...si hubiera podido dar nuestros exámenes sería la primera gatita en tener dos profesiones).

Era muy, muy rencorosa, al punto que en una ocasión en que yo estaba ardiendo en fiebre y ella dormía en mi cama (tenía alma de enfermera), pedí que se la llevaran y me castigó por dos años completos: No me amasó más, ni me ronrroneó, ni apareció por mi dormitorio.
Aprendí mi lección y nunca volví a despreciar sus cuidados.

Para su siesta de la tarde, tenía una camita que le hice con unas cajas de cartón forrado en papel tapiz, bien mullida y con tapa. Al momento de entrar, se lavaba como todo buen gato y luego estiraba una manito, tomaba la tapa y cerraba la caja, aunque esto lo vimos pocas veces, porque era celosa de su inteligencia y no le gustaba mucho que la pilláramos haciendo ese tipo de cosas.

Si hasta podía hablar!!! A mi mamá siempre le dijo "mamá" y se le entendía clarito. Antes de tomar agua, pronunciaba la palabra "agua". Le conté esto a varios amigos y se burlaban de mi con ganas, hasta que una de mis amigas la escuchó y vio como se puso a beber de su jarrito. ¡Casi se muere de miedo!!!

El 6 de Enero del 2001, falleció, luego de sufrir una severa insuficiencia renal, a los 21 años y 4 meses de edad.

La amortajé con su chaleco preferido (que tuve que cederle porque nunca lo soltó), mientras mi papá le fabricó un ataúd con sus propias manos. Hoy descansa al lado de su árbol favorito, un laurel de flor, en el antejardín.



7 OPINAN ¿Y BOSTON?:

  1. NO PUEDO POSTEAR LA FOTO!!! ESTA MUGRE DE BLOGGER ME DICE QUE NO TENGO NI LAS COOKIES NI JAVASCRIPT HABILITADOS.

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  2. oye que historia tan bonita ¿puede vivir tanto un gato?
    reconozco que no creo que haya hablado, eso es demasiado

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  3. Pues yo le creo! La "Pochita" (la gata más humana que he conocido, pero de bastante buen talante) también decía mamá... jajaja! De hecho era una conversadora, la mirabas, le decías algo (en humano o en gato) y ella ponía cara de atenta y contestaba. Era de mi hermano eso si, dormian juntos en invierno bajo las frazadas, porque era muy friolnta, pese a ser medio angora... en las máñanas se la podia ver instalada apoyada en un brazo de mi hermano, y ambos tapados hasta el cuello. (un chiste como se veian esos dos) Claro que no le gustaba mucho estudiar, y no dejaba que nadie lo hiciera, porque se paraba encima de las hojas impidiendote leer. A veces mi hermano le decia simplemente "Ya, Pochi, ganaste, vamos a dormir, estudio mañana" y se la llevaba al dormitorio... y es que no le gustaba ir a acostarse sola, esperaba que nosotros lo hicieramos. Com,o crítica, diré que no fue buena madre, odio a sus gatitos desde que nacieron y tuvimos que regalarlos. Mejor la operamos. Era mañosisima para comer, jamas la vi probar un cuero de pollo ni cascaras de queso, pero le encantaban las lentejas! Traicion esa que mi hermano no le perdonaba, porque el jamas las ha comido... Falleció hace unos meses, cuando salio al patio y en un descuido la agarraron los perros a los que tanto temía. (nunca salia y los miraba solo a traves de la ventana) Mi hermano no dijo nada, pero se que se fue a llorar su pena por ahi escondido. "Los hombres no lloran", dicen... eso ya es tema para otro post. besitos fulerita, espero que le haya pasao el enojo! jajaja!

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  4. Se me pasó el enojo contestando el test de qué tan dama soy.
    Pobre tu hermano y su gatita. La vida de un minino está siempre en peligro y, por ende, nuestros corazones también.
    Mire la Casualidad: Ud. andaba en mi blog y yo en el suyo, al mismo tiempo!!!

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  5. Nunca he sido amiga de los ritos. Pero a veces son necesarios, como en este caso. Un animal que acompaño toda su vida (21 años para un gato es bastante) a tu familia es un hecho que debe reconocerse.
    Me imagino que ese laurel dará flores hermosas.

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  6. Ñeña: Mi "gatulina" merecía todo tipo de honores en su partida. Creo que jamás existirá otro gatito como ella en nuestras vidas.
    Desde que su cuerpo yace ahí, el laurel florece el año entero y se le acabaron las pestes. Da unas hermosas flores sonrojadas, muy similares a las rosas.

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  7. Que lindo homenaje..... se nota que son tus hijos, que los quieres......

    Bueno.... no tengo más que decir.... veo que está ya inmortalizada en tus palabras...

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¿y Boston?