Amigos

Ayer estuve largo rato acordándome de los amigos que ya no lo son.
Y la verdad, los extraño. Tomamos caminos distintos y eso provocó la distancia pero es eso nada más: Distancia. Basta una llamada teléfonica para tenerlos o al menos sentirlos cerca pero aún pienso si debo llamar u olvidarme del teléfono.
Me gustaría saber cómo están, qué será de sus vidas.
Una de mis amigas más queridas era Angélica. Fuimos compañeras de colegio por muchos años. Estaba llena de vida, de ilusiones. Le encantaba Duran Duran (que se escucha de fondo) y odiaba estudiar. Tanto lo odiaba, que se repitió el plato de tercero medio. Fue entonces que dejé de verla y muchas cosas malas le deben haber pasado pero nunca me enteré. El verano de 1990 me contactó una amiga en común y supe todo.
Angélica subió a la azotea de un edificio céntrico y desde ahí dejó caer todo el lastre que llevaba a cuestas. ¡Cómo quisiera poder marcar su número y encontrarla!
Me queda nada más la música que a ella le gustaba, para recordar sus locuras, su simpatía y su amistad.