Poema Legal

Estaba dándole una miradilla a la ley de cuentas corrientes bancarias y cheques (háganlo, nunca está demás) cuando vino a mi memoria ¡Cáspita, recuperé la memoria! mi profesor de Derecho Penal. Yo había escogido a Enrique Cury, pero caí con éste, quien, finalmente, resultó ser todo un descubrimiento y sus teorías y propuestas de hace 14 años hoy están más en boga que nunca.
Era (imagino que sique siendo) todo un personaje: Los delitos sexuales siempre se los dejaba a su ayudante (quien los pasaba precariamente). Un día, sin embargo, el ayudante se enfermó y el profe tuvo que hacer una clase sobre el estupro y otras cosillas. Inmensa fue mi sorpresa cuando me doy cuenta que él no dictaba esas clases no por pacato, sino por todo lo contrario. Con la cara hinchada de tanto aguantar sus premuras sexuales, en vez de hablar de "encuentro sexual", "coito" o "penetración", hablaba del "cacheteo". La primera vez me pilló volando bajo y juré que se estaba desviando del tema, porque las "bofetadas" no tenían nada que ver (si seré lesa). Pronto, sin embargo, sus propios sonidos, movimientos gráficos y demostraciones, me hicieron reaccionar: Volvió a mencionar el "cacheteo" pero esta vez añadió histrionismo digno de mimo circense de septiembre: Se apretaba las mejillas, halándolas y devolviéndolas a su lugar, mientras se escuchaba un ruido irreproducible parecido al "cacheteo" a que se refería.
Yo no podía dar crédito a mis ojos y a mis oídos, mientras todos en la sala se reían como desquiciados. Francamente, tuve ganas de salir disparada de ahí para no tener que estar presente en la "cátedra" del Sr. Mera. Vamos, que no hay necesidad de ser mojigata pero tampoco maniática sexual, creo yo.

Este profesor siempre tenía salidas extrañas, como cuando, para ejemplificar el giro fraudulento de cheques (no es doloso, sino fraudulento), tuvo una ilustrativa idea, basándose en Pablo Neruda y su famoso poema 20.
Decía más o menos así:
"Puedo escribir los cheques más falsos esta noche
escribir, por ejemplo, 5 millones trescientos mil pesos
y tener doscientos pesos en la cuenta corriente..."

Yo también podría pero un chirimoyo es lo único que me falta...
Oh, por Dios, creo que lo tengo!!!
Mañana averiguo, qué desastre, me muero.