Joaquín, mi nuevo amor

Siempre que veo una amiga babear por sus tres sobrinas pienso ¿cómo es posible que se ponga tan boba por las niñas?
Vamos, que está bien quererlas pero ¿será para tanto?
Me prometí que yo no me pondría lesa cuando tuviera sobrinos. Y vi a mi cuñada embarazada, mientras, yo, como si nada.
El fin de semana ella se fue a Chillán, a ver a su familia antes que naciera su hijo. Todavía le quedaba algo de tiempo, pues la fecha probable de parto era posterior al 20 de agosto.
Dios, sin embargo, inescrutable como es él, quiso otra cosa y anoche, a las dos y media AM, Joaquín no aguantó más y salió a curiosear lo que hay acá afuera.
Y acá afuera estamos todos, babeando por este niño precioso, mi sobrino que ya adoro, con solo haber visto dos de sus fotos. Si no fuera por la pega, ya habría salido volando a Chilllán para verlo, tomarlo en brazos y hacerlo tan mío como toda tía siente a sus sobrinos.
Joaquín, bienvenido a esta tierra inhóspita.
Te prometo, niño mío, que haré de todo por tí, como si fueras mi propio hijo. Así te quiero, así te quiere tu abuelo el refunfuñón y tu tía abuela que vive preocupada por todo. Verás como hasta mis gatos harán de ti el niño más amado.

A quienes me lean, espero comprendan que acaba de empezar una nueva etapa en mi vida y estoy más feliz que una lombriz