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20 de octubre de 2006

Quejoncita (ataca otra vez)

Me siento como un personaje (otro más) del Jappening con Ja en sus años de oro: La Hipocondrina, con su típica frase "ay, sheroña, me duele acá". Era una nana (asesora del hogar para los que les suene feo) chilena pero que solo veía teleseries argentinas. De ahí su inconfundible acento porteño y su descaro sin límites para hacer trabajar a la dueña de casa, mientras, más encima, debía cuidar a su argentinizada ama de llaves.
El caso es que "me duele acá". Un lumbago que me tiene curcuncha y arrastrandando las patas como mi señor padre (que no es tan viejo pero le encanta parecer moribundo).
Solo puedo echarle la culpa a dos cosas, porque el dolor se levantó conmigo hoy y ayer no estaba.
Primero: Tuve que manejar el auto de mi hermano, porque él necesitaba el mío (el de él está sin tag). Ese móvil en particular no está diseñado para tacuacas como yo. Estiré mis piernitas lo más que pude, porque de otra forma no alcanzaba los pedales. Odio conducir ese auto. Me siento chica y desesperada. En todo caso, ya asumí que chica soy y desesperada también pero suelo relajarme manejando y metiendo chala. En ese auto no puedo hacerlo, porque tengo que preocuparme de alcanzar el freno y el embrague cada vez que voy a hacer un cambio o frenar. La próxima vez me meto con zancos.
El segundo posible motivo es que subí nuevamente de peso y en mi calidad de chanchita sin remedio hice lo imposible por embutirme unos pantalones que amo: lo conseguí pero me apretaban tanto la guata que sentía el inminente truco de mago y me partía en dos.
No choqué, ni me me convertí en dos " mini-me" pero hoy tengo un asesino dolor de espalda que no he logrado calmar con nada.
Si tuviera cerca a mi madre (en cuerpo, se entiende), le diría "ay, sheñora, me duele acá ¿por qué no me embetuna la espalda y me hace una buena frieguita?
Pero lo cierto es ¿A quién le importa?


5 OPINAN ¿Y BOSTON?:

  1. Que lata que te sientas tan adolorida por eso, para el dolor de espaldas es necesario unas buenas manos para acariciar y calmar el dolor pero a falta de eso....tomate un buen antinflamatorio por 3 días solamente y te sentirás como nueva....métete en una tina con agua calentita, velas alrededor, un buen aroma de aceites, cierra los ojos y relájate...eso te hará bien....un beso y cuídate mucho.....Buen fin de semana...

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  2. Si pos a mi me importa... que bueno que lo dices... a mi me importa y?... (sonó peleador éso, pero no era en ése tono).

    Ya... éso. (me sale telegráfico hoy todo)

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  3. Fulerita, estás cada día más loca, si es que eso hoy significa algo especial, o alucinado, o coloquial beat, si quieres. Tu debes saber cuándo se pone Has o Haz, pero en cualquiera de los dos casos mi pregunta es ¿has-z, leído a Kerouac?
    Para el dolor de espalda, cuello o lumbago: sexo.
    Yo me SUMO a todo el cariño que se siente por ti.
    (me respondes las interrogantes, ¿ya?)

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  4. Ahhh hay dos semanas de cada mes en las cuales me convierto en una vieja con achaques dignos de una octogenaria. Así que mi estimada yo la apoyo y siga quejándose, mire que el mundo es el de los quejumbrosos.

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  5. Simplemente: Me ha venido un viejazo de los grandes. Dado que la medicina tradicional me está casi completamente vedada, el lunes ataco una farmacia mapuche.

    Putas Sole, de verdad que solo leer éso me hace sentir un poco mejor.

    Luxumei: Lo cierto es que si leí me entró por un ojo y me salió por el otro...creo que una vez leí algo de él. Eran unos cuentos inéditos y medio secreto. ¿Será el secreto el que me impidió retener las historias?
    ¿Ésas eran las interrogantes o hay otras por ahí escondidas? Te lo pregunto porque revisé tus páginas y no encontré nada que empezara: "¿" o terminara con "?"

    Ñeña: ¡Somos dos! El problema es que cuando uno tiene tantos achaques nadie le cree, pues.

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¿y Boston?